Un bochornoso acto ocurrió en el juego entre Antwerp y Eintracht Frankfurt, cuando el segundo tiempo iniciaba. Kevin Trapp recibió la explosión de un proyectil con pólvora, que lo dejó tirado en el césped durante varios minutos.
El susto se apoderó de todos los presentes, quienes pensaron lo peor, pero las cosas no fueron tan graves y el guardameta se levantó y siguió jugando.
En los altavoces del estadio pidieron que no tiraran pólvora al campo. Desde el inicio del juego, la hinchada local usó toda su pólvora para ambientar el cotejo, pero las cosas se les salieron de las manos.