El Fortuna volverá a militar en la Bundesliga después de quince años, tras empatar un partido que concluyó de forma caótica, ya que estuvo parado durante 20 minutos al invadir los hinchas locales el césped al creer que el árbitro Wolfgang Stark había dado por concluido el encuentro, lo que provocó que los jugadores tuvieran que refugiarse en los vestuarios.
Cuando la policía logró desalojar a los hinchas, que lanzaron numerosas bengalas al terreno de juego, se pudieron jugar los últimos 90 segundos del tiempo de prolongación, inicialmente de siete minutos.