Los hinchas del conjunto River Plate destrozaron vitrinas, arrancaron butacas, carteles de publicidad y dañaron los baños del estadio.
"El problema no son diez vidrios rotos", agregó el líder del comité organizador, quien dijo que los daños afectan "la capacidad de conectividad, las condiciones de trabajo que deben garantizarse para la prensa y otras cuestiones obligatorias para partidos de la magnitud de una final de Copa América".
Destacó que "no hay otro estadio con la capacidad de plateas como tiene River. Pero a mí, como presidente del Comité Organizador, me tienen que asegurar que se podrá jugar la final y no queda mucho tiempo".
Antes del inicio de la competencia, la sede de La Plata, escenario de la inauguración de la competencia el viernes pasado, también corrió peligro por el mal estado de la cancha.