"Es un balón especial, hecho para complicarle la vida a los arqueros para que haya más goles", comentó Bravo, jugador del Real Sociedad español y capitán de la selección chilena.
Con el balón mundialista, según Bravo, "cuesta calcular la trayectoria, se mueve extraño" y precisó que en altura "se nota más", como pudo comprobarlo en Calama, el pasado miércoles, durante el amistoso Chile-Zambia (3-0), jugado a unos 2.600 metros sobre el nivel del Mar.
Bravo reapareció en ese partido tras haberse lesionado en España hace un par de meses jugando con su equipo. "Cada vez le hacen más difícil la labor a los arqueros", insistió.