Alves explicó que "fue una cosa privada" que sólo se supo porque el propio Abidal la reveló en una entrevista que ofreció la semana pasada.
"Mi deseo era sólo ayudar, por la admiración que tengo por Eric, por el cariño que le tengo a su familia" y porque "cuando una vida está en juego, el fútbol queda en segundo plano", declaró Alves a Lance.
Alves admitió que, si hubiera sido el donante, su carrera podría haber estado en riesgo.
"Es evidente que había un riesgo. Pero no era totalmente cierto que tendría que dejar el fútbol por la donación. Era un riesgo, pero cuando una vida está en juego, el fútbol es lo de menos", apuntó el lateral brasileño.
Alves recordó que, cuando llegó al Barcelona, forjó una estrecha relación de amistad con Abidal y su familia y aseguró que eso hace que "una persona se entregue mucho".
Profundamente religioso, apuntó que recibió "de Dios la fuerza y la inteligencia para tener alternativas y poder vivir hasta sin el fútbol".
"Si tuviese que hacer eso (donar parte de su hígado) para salvar una vida, Dios me abriría otras puertas", afirmó.