Los miembros de la delegación mexicana llegaron a la Base Aérea de Río de Janeiro en un vuelo comercial y, pese a los periodistas que esperaban en la pista, siguieron sin hacer comentarios hasta el autobús que los condujo a un hotel de la zona sur de la ciudad.
El seleccionador mexicano, José Manuel de la Torre, uno de los primeros en desembarcar, tan sólo señalizó que daría declaraciones después de la llegada al hotel, pero miembros de la delegación aclararon que el equipo descansaría el resto de la tarde.
Los jugadores llegaron visiblemente cansados tras un largo viaje desde Ciudad de México con escala en Sao Paulo, que iniciaron poco después del empate con Costa Rica en el estadio Azteca.
El resultado dejó a México en el tercer lugar en la clasificación de las eliminatorias mundialistas de la Concacaf, por debajo de Estados Unidos y Costa Rica, que tienen un partido a menos.
México tan sólo consiguieron una victoria en las actuales eliminatorias y acumula cinco empates.
El nuevo empate decepcionó a los hinchas mexicanos, algunos de los cuales pidieron la dimisión de De La Torre, cuya continuidad en el cargo, según versiones de prensa, depende del resultado de México en la Copa Confederaciones.
Los mexicanos arribaron a Río de Janeiro con la expectativa de mejorar su desempeño en esta competición y de hasta alcanzar las semifinales.