El uruguayo dejó el Liverpool en julio de 2014 tras el pago de más de 80 millones de dólares por parte del Barcelona. El entrenador de entonces, Brendan Rodgers, invirtió el dinero en ocho fichajes y la renovación de varios jugadores.
El anterior curso financiero, el Liverpool declaró un beneficio de solo 900.000 libras (1,26 millones de dólares).
"Nuestra situación financiera real tiende al equilibrio y es el aumento de los ingresos subyacentes lo que es importante y nos dará estabilidad a largo plazo", explicó el directivo.
La prensa británica sugirió que Jurgen Klopp, sucesor de Rodgers, dispondrá de un importante fondo para gastar en fichajes cuando se habrá el mercado en junio.