"No hay ningún problema entre él y yo, está todo en calma", dijo el técnico, que subrayó sin embargo que jugar con el Liverpool requiere un especial "compromiso".
"Hasta que no tenga la seguridad de que vamos a obtener nada más que un compromiso del 100 por cien, no habrá una solución", subrayó Rodgers, que ha obligado al uruguayo a entrenarse sólo tras unas declaraciones en las que el delantero se mostró dispuesto a forzar su traspaso.
El polémico delantero recibió al final de la temporada pasada una sanción de diez partidos por morder al central serbio del Chelsea Branislav Ivanovic, y no podrá disputar encuentros de la liga inglesa hasta octubre.