Busquets tenía reservado su primer tanto de penalti para un día especial. Después del empate a cero entre España e Italia en un gran partido de semifinales de la Copa Confederaciones, al centrocampista catalán le llegó el turno en el sexto lanzamiento, con la responsabilidad de que un fallo mandaba a España al partido por el tercer y cuarto puesto.
"Intenté no pensar en nada que no fuese por dónde lanzar el penalti para no ponerme nervioso", confesó Busquets que no quiso pensar en que era un inexperto en esa suerte.
"Como profesional he tirado dos penaltis. El de Italia lo marqué y el otro que chuté lo fallé el día del Milan en el Gamper", recordó Busquets. "Muchas veces he chutado en entrenamientos y aunque no es lo mismo te da confianza para cuando llega un momento así. Esperé para ver si Buffon me mostraba el lado por el que se iba a tirar y luego chuté", analizó.
Su caso fue similar al de hace cinco años, en la tanda final de la Eurocopa 2008, cuando Cesc Fábregas cerró la tanda de penaltis ante Italia lanzando un penalti que no chutaba desde que era juvenil.