Mujica recibió en la sede del Gobierno al presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá y a los de Peñarol y Nacional y tras una reunión de más de dos horas se llegó a un acuerdo en virtud del cual se definió que la policía acudiera a los estadios solo a proteger a los árbitros y al personal de recaudación y que del resto se encargaran los clubes.
Además, se aclaró que la policía sí custodiará los accesos y las zonas próximas a los estadios.
"Uruguay es un pueblo futbolero por excelencia y a nadie nos interesa que el fútbol se detenga. La medida que tomó el Presidente ayer está vigente, pero vamos a seguir trabajando para solucionar este tema", sostuvo Guerrero.
El mandatario uruguayo ordenó el jueves al Ministerio del Interior que no concurran más policías para cumplir tareas de seguridad en los partidos que se jueguen en el Parque Central, campo del Nacional, y el estadio Centenario, el principal del país y donde habitualmente Peñarol juega sus partidos de local.
El miércoles, seguidores violentos del Nacional protagonizaron graves incidentes en el estadio Centenario que culminaron con 40 de ellos detenidos y 13 policías heridos tras finalizar el partido que su equipo perdió por 2-4 frente al argentino Newell's Old Boys correspondiente al Grupo 6 de la Copa Libertadores de América.
Ese resultado supuso la eliminación anticipada del Nacional del torneo.
La Confederación Sudamericana de Fútbol abrió un expediente por los incidentes y porque seguidores del Nacional utilizaron bengalas durante el partido y el equipo uruguayo enfrenta la posibilidad de una dura sanción económica.