A lo largo de ese año, el 72 por ciento de los gastos de la FIFA se destinaron directamente al fútbol, mientras que los ingresos totales ascendieron a 1.386 millones de dólares, 220 más que en el año 2012.
Las principales fuentes de ingresos de la FIFA fueron los derechos televisivos y la comercialización de la Copa del Mundo de Brasil. Los primeros ingresaron 601 millones por los 404 de los segundos.
El balance total ascendió a 3.165 millones de dólares, con unas reservas de 1.432, algo que, aseguró el organismo, "tiene una gran importancia estratégica para la FIFA en vista de la considerable dependencia económica de la Copa del Mundo y por el hecho de que resulta prácticamente imposible asegurar esta gran competición ante una posible anulación".