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Los diputados franceses adoptaron una ley que exonera del pago de impuestos a los acontecimientos deportivos internacionales que se atribuyan antes de finales de 2017, lo que incluye la Eurocopa de 2016 y, eventualmente, los Juegos de 2024 a los que puede aspirar París.
Esa polémica enmienda al proyecto de ley de presupuestos ha provocado gran revuelo en Francia, donde algunos sectores lo consideran un regalo al mundo del deporte de alto nivel.
Francia se había comprometido con la UEFA a no tasar fiscalmente la Eurocopa cuando en 2010 presentó su candidatura a albergar este evento.
Así lo hizo el entonces Gobierno conservador que estaba en el poder, pero sin pasar por el Parlamento.
Los socialistas, muy críticos con la medida, decidieron que fuera debatida por los diputados y que no podía limitarse exclusivamente a una competición particular.
Por ello, decidieron que se incluyeran todas las competiciones atribuidas en un cierto periodo de tiempo.
En un primer momento se pensó en que fueran las atribuidas antes de finales de 2016.
Pero, posteriormente, el presidente galo, François Hollande, mostró públicamente su apoyo a que París opte a acoger los Juegos Olímpicos de 2024, que el Comité Olímpico Internacional (COI) atribuirá a lo largo de 2017.
Por ello, finalmente se decidió la fecha del 31 de diciembre de 2017 como la que acaba con esta exoneración fiscal a las competiciones deportivas internacionales, para dar a la capital más opciones de albergar esos Juegos si finalmente se lanza a pedirlos.
La enmienda contó con la oposición de diversos grupos de izquierda, incluso de diputados socialistas, como la presentada por Karine Berger y Yann Gaut para que también fueran exonerados actos culturales o científicos, una propuesta que finalmente fue retirada.
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