El Real Valladolid que comanda el exdelantero brasileño Ronaldo Nazario ha consumado el descenso a Segunda División con dolor. Un dolor que protagonizó Kiko Olivas, solo en el césped del José Zorrilla, llorando desconsoladamente. Era la viva imagen de la impotencia, de la frustración y la más absoluta de las tristezas.
Porque el equipo intentó la heroica frente al Atlético de Madrid en la última jornada liguera, y se adelantó en el marcador a través de Óscar Plano, pero perdió fuelle en la segunda mitad ante el empuje del rival.
Además, los cambios volvieron a fallar. Y, precisamente, uno de los jugadores que entraba desde el banquillo, Sergi Guardiola, propiciaba, tras un error garrafal, el segundo gol 'colchonero'.
Los números hablan claro: tan solo cinco victorias del Real Valladolid y solo una de ellas en toda la segunda vuelta liguera para sumar 31 puntos. Hace ya unos meses se tenía que haber reaccionado, pero no se tomó ninguna decisión y se mantuvo la confianza en Sergio, lo que ha derivado en una "ruptura" entre la directiva y los aficionados.
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Hasta en ocho ocasiones ha caído el cuadro vallisoletano a lo largo de su historia. Ahora, el reto es repetir lo sucedido en la campaña 1992/93, en la que el Real Valladolid militó en Segunda tan solo un año, tras descender en la anterior, con cuatro entrenadores: Marco Antonio Boronat, Pepe Moré, José Luis Saso y Felipe Mesones.