Liverpool tuvo un primer tiempo para el olvido. Además de que Eberechi Eze infló las redes, al minuto 14, tras una buena jugada colectiva, Crystal Palace pudo haber ampliado la diferencia. Todo ocurrió al 17', donde Jean-Philippe Mateta quedó completamente solo y mano a mano frente al arquero Alisson Becker, lo que pudo significar el 0-2 parcial, en Anfield.
El delantero del equipo visitante definió a la perfección, picando la pelota sobre la humanidad del guardameta 'red'. Ya se disponía a celebrar, pero no contaba con la presencia de Andrew Robertson. El defensa del combinado dirigido por Jurgen Klopp se esforzó al máximo, corrió, se estiró y logró sacar la pelota en la línea. Se ahogó el grito de gol y siguió 0-1.