Según la prensa británica, el portugués fue expulsado en el partido por el árbitro Mark Clattenburg, cuando el técnico se quejaba enérgicamente de un presunto penalti no concedido a Matteo Darmian en el tiempo adicional del primer período.
Una vez expulsado, Mourinho, que se había colocado en la tribuna justo detrás del banquillo al inicio del segundo período, tuvo que cambiar dos veces de sitio a petición de los colegiados, para terminar en el palco de los propietario del United, lejos del terreno.
El portugués, a quien la federación pidió en un primer momento precisiones como lo exige el procedimiento en Inglaterra, fue convocado por las instancias y podría ser castigado con varios partidos de suspensión si es declarado culpable de mala conducta.