El conjunto de Roy Hodgson, que tiró de jóvenes valores para la visita del combinado helvético, manejó el encuentro y controló las acometidas de su rival, con mucho más en juego.
Suiza dejó a medio hacer su clasificación para la Eurocopa. Mantiene aún el segundo puesto, que da el pase directo. Pero ya siente la amenaza de Eslovenia, que ganó su compromiso a Estonia (1-0) y es tercero a solo tres puntos de distancia.
Wembley fue una fiesta para el equipo inglés, que transita por la fase de clasificación con una autoridad insospechada. Pleno de triunfos. Ocho victorias en ocho encuentros.
Rooney agigantó su leyenda en el fútbol inglés. El atacante del Manchester United, que saltó al campo de la mano del hijo de David Beckham, Romeo, que cumplió 13 años, y estuvo a su lado durante los himnos, acumula medio centenar de goles con el anotado ante Suiza. Uno más que Charlton, el gran referente del fútbol de las islas.
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Antes de que Rooney alimentara el furor de la grada, el duelo contempló el infortunio de Fabian Delph. El jugador del Manchester City estuvo solo 20 segundos sobre el césped. Se lesionó en la pierna izquierda y Hodgson ya tuvo que realizar su primer cambio y dar entrada a Ross Barkley sin apenas calentar.
Suiza buscó el control del choque pero convirtió su furor inicial en precipitación. En amenazas sin trascendencia de Xherdan Shaqiri, principalmente y de Josip Drmic, que decayó con el paso de los minutos.
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El equipo de Vladimir Petkovic pagó su falta de pegada. Fue incapaz de aprovechar Suiza su necesidad ante un rival distante de la presión pero en pleno estado de gracia.
Los goles no llegaron hasta la segunda mitad. El primero lo anotó Harry Kane, un futbolista que tiene el gol entre ceja y ceja. El atacante del Tottenham, que salió al campo para jugar la media hora final del partido, finalizó a la perfección una acción de ataque perfectamente hilvanada. Kane remató un balón desde el punto de penalti. Según le llegó. Batió a Yann Sommer y agitó a Suiza.
El combinado helvético, con 25 minutos por delante, fue incapaz de recobrar el orden. Ni siquiera la entrada de Haris Seferovic primero ni de Blerim Dzemaili mejoraron la pinta en ataque de Suiza.
A seis minutos del final, Raheem Sterling fue trabado por un zaguero visitante. El penalti lo transformó Rooney, que sumó su gol 50 con la selección y alentó el panorama de Inglaterra, que asistirá a Francia 2016 como una de las selecciones con más argumentos para su propia esperanza.
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