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Martha Bayona, la colombiana que brilló en el ciclismo de pista en los Juegos Panamericanos
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Martha Bayona amó el fútbol, juró no subirse a una bici y terminó brillando en el ciclismo de pista

Considerada como una de las mejores en el ciclismo de pista en el mundo, lo que confirmó en los Juegos Panamericanos, la colombiana Martha Bayona contó su historia.

Un encontrón con el cemento, cuando tenía ocho años, hizo que Martha Bayona prometiera que nunca volvería a subirse en una bicicleta. Pasó el tiempo y venció el miedo, para alegría de una Colombia que celebra a la reina del ciclismo en pista de Santiago-2023.

La velocista, de 28 años, puso la mitad de las cuatro medallas de oro con las que los cafeteros se coronaron campeones de ese deporte en los Juegos Panamericanos, que el viernes cerró la actividad en el velódromo del Parque Peñalolén, en las faldas de la Cordillera de los Andes.

"Di lo mejor y estoy muy feliz de darle estos dos títulos a mi país", dijo el viernes, en el cuarto y último día de competencia.

De pocas palabras, pero sonrisa generosa, Bayona fue la ciclista con más oros individuales e igualó a una leyenda del deporte, Mariana Pajón, otra reina de la bicicleta, la de BMX, como únicas pedalistas colombianas en ganar tres metales dorados personales en las justas americanas.

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Lo logró en su especialidad, la velocidad: oro en sprint y keirin, del que es subcampeona mundial y que en Lima-2019 ya le había dado el primer lugar. Pero, sobre todo, lo consiguió gracias a haber derrotado un miedo que la visitó hace dos décadas.

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Martha Bayona, la colombiana ganó oro en el ciclismo de pista en los Juegos Panamericanos
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Hola, fútbol


Empujada por su padre, Pedro Bayona, un amante de los 'caballos de acero', la pequeña Martha, de ocho años, fue a rodar en el velódromo Alfonso Flórez, de su natal Bucaramanga, en el noreste de Colombia.

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Pedro ansiaba que alguna de sus tres hijas se dedicara al deporte sobre ruedas, pero ya había perdido el pulso con las dos mayores y Marta aparecía como la última esperanza.

Una de sus primeras apuestas salió mal. Su hija menor empezó a correr en una 'bici' de pista, que no tienen frenos, distinta de la que usaba para recorrer el barrio. La velocidad le ganó y terminó contra el suelo .

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Martha Bayona, ciclista colombiana.
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"Dije 'no vamos a montar en una bicicleta que no tenga frenos' y ahora no me bajo de ella. Es (cuestión de) dejar el miedo atrás y luchar por los sueños, siempre soñando en grande", recordó el miércoles al revalidar el título en keirin.

Aquella caída resultó una excusa perfecta para la Martha de la época: podía dedicarse por completo al fútbol, su pasión de entonces, y dejar de lado las riesgosas bicicletas.

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Así fue durante un tiempo: hola a la pelota, adiós al ciclismo. Pero Pedro no bajó los brazos y la convencía de participar en eventos ciclísticos locales que Martha ganaba.

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Martha Bayona es una ciclista colombiano de la modalidad de pista
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Sueño olímpico


Las victorias la llenaron de seguridad e intercambiaron sus intereses deportivos: hola ciclismo, adiós fútbol. Y en 2010, tras obtener un bronce en un campeonato nacional, la cosa se puso seria y se dedicó de lleno al sprint.

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Al poco tiempo su nombre ya aparecía en el paisaje deportivo de Colombia, al lado de numerosos oros ganados en campeonatos locales, Panamericanos de la modalidad, Juegos Suramericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En su veloz carrera, sin embargo, no todo han sido alegrías. Una caída, como aquella en el suelo del Alfonso Flórez, la privó de pelear la final de los Juegos Olímpicos de Rio-2016. Para clasificar a Tokio-2020, le hicieron falta pocos puntos.

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Martha Bayona, en el keirin de los Juegos Panamericanos.
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Siguió pedaleando con el apoyo de su familia y entrenador, el renombrado John Jaime González, a quien considera vital en el desarrollo de su carrera. A él, que la acompaña y le da órdenes desde el borde de la pista, le dedicó el éxito en Santiago.

A la capital chilena aterrizó con el subcampeonato mundial en keirin, alcanzado en Glasgow en agosto, muy fresco y la sexta posición en el ranking de la Unión Ciclista Internacional (UCI), la mejor de una pedalista americana.

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Su objetivo, claro, era conquistar el óvalo santiaguino, pero sus ambiciones van más allá: "Sueño con ser campeona del mundo, ser campeona olímpica. Hemos entrenado todo eso y bueno, paso a paso, esperar a que llegue ese día".

El boleto para París-2024 parece cerca. "He venido con un proceso muy bueno. Este año ha sido un ciclo olímpico bastante duro, pero vamos muy bien".

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