Para un deportista profesional siempre será un reto mantener la cordura cuando recibe altas cantidades de dinero en su salario o en campañas de publicidad. Esto se da mucho más en los jóvenes, que sienten el impacto de empezar a ser una persona rica. Esto le pasó a Shaquille O’Neal, leyenda del baloncesto.
En sus inicios, cuando apenas tenía 20 años, el pivot recibió su primer millón de dólares, mientras actuaba en los Orlando Magic. En ese momento, el estadounidense sintió la necesidad de darse su primer capricho, aunque nunca pensó que fuera a gastarlo por completo.
"Mi agente me llamó y me dijo: ‘Oye, tienes un millón de dólares’. En mi cabeza era todo muy simple y no tuve en cuenta los impuestos. Y siempre quise un elegante Mercedes-Benz. Entonces, fui al concesionario y compré uno", inició con el relato Shaquille O’Neal, para el podcast 'Earn Your Leisure'.
"El tipo dijo que valía 150.000 dólares, así que era fácil: un millón menos 150.000 dólares. Todavía me quedaban 850.000, ¿verdad?. Llegué a casa y mi padre me dijo: ‘Muy bien. ¿Dónde está el mío?’ Compré el mismo coche para mi padre y una versión más económica para mi madre. Según mis cálculos tenía 600.000", continuó.
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Aquí no pararon los gastos y como la mayoría de los jóvenes, priorizó su aspecto físico y compró accesorios para verse mejor: “comprar anillos, diamantes y pendientes, y un par de días más tarde el gerente del banco me llamó y me dijo: ‘Te he seguido y probablemente serás un jugador fabuloso y ganarás mucho dinero. Pero conozco a muchos que cuando terminan de jugar, no tienen nada. No quiero que sea así". En ese momento ya solo le restaban 60.000 dólares.
Desde aquel instante, quien sería posteriormente jugador de Los Ángeles Lakers, empezó a regular sus finanzas, lo que lo ha llevado a mantener un equilibrio económico exitoso. Acualmente cuando con más de 20 negocios personales, llevando un vida próspera después de su retiro como profesional.
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