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Boca vs. River, entre necesidades, presión e historia

El domingo, otra vez, se hará realidad el sueño más importante de los hinchas al fútbol en Argentina. Los dos ‘gigantes' del país se batirán en el estadio ‘La Bombonera' en uno de los espectáculos más coloridos y emocionantes en el mundo del deporte.

El partido de máxima atracción en Argentina desplaza a un segundo plano la lucha de otros equipos por el liderato del torneo Clausura 2009 en el ecuador de su desarrollo.

Los conjuntos más populares del país agregan esta vez como condimento al histórico y tradicional clásico sus necesidades de una victoria para encarrilar pretensiones y atenuar indicios de posibles crisis inmediatas.

Al Boca-River le quedan pequeños el escenario y los espacios de los medios de comunicación en estos días pese a que los boquenses están en la clasificación a ocho puntos de distancia del líder Vélez Sarsfield y los riverplatenses a cuatro.

Tras este partido quedarán en juego 27 puntos hasta el final del torneo, los suficientes para que un triunfo robustezca esperanzas e ilusiones, que son al fin y al cabo la savia del fútbol.

Los factores externos tienen su importancia en este choque: el Boca Juniors llega mejor afirmado al derbi por una gran campaña que cumple en la Copa Libertadores, su máximo objetivo en este semestre, mientras que el River Plate ya no depende de sí mismo para clasificarse a los octavos de esa competición.

"Todos los equipos tienen altibajos. Tienen picos muy altos o muy bajos, también de acuerdo al rival. Para los clásicos no importa la forma en que llegue cada uno, sólo importa ganar", afirmó el entrenador auriazul, Carlos Ischia.

La atención que volcó el Boca en la Libertadores y algunas carencias futbolísticas que preocuparon al técnico hicieron que el equipo perdiera cuatro de los nueve encuentros disputados hasta ahora en la Liga local.

Pero la hinchada dejó un claro mensaje a los jugadores con un coro multitudinario el fin de semana pasado, durante la derrota ante el Estudiantes (1-0): "el domingo, cueste lo que cueste, tenemos que ganar".

La obtención de tres puntos podría diluir en la plantilla del Boca ciertas diferencias entre algunos de sus jugadores, cuyas relaciones no son buenas, como en el caso del creativo Juan Román Riquelme y el goleador Martín Palermo, o también algunos roces del primero de ellos con el punta Rodrigo Palacio.

Riquelme, que renunció a la selección argentina por un encontronazo con el seleccionador Diego Maradona, está lejos de su mejor nivel y se espera, a pesar de algunas molestias en un pie que impidieron que se entrenara con normalidad en los últimos días, que cargue sus baterías y que vuelva a liderar al equipo.

Al River Plate le cuesta afirmarse colectiva e individualmente tras la peor campaña de su historia en el segundo semestre de 2008, en el que terminó último en el torneo Apertura.

Su entrenador desde principios de año, Néstor Gorosito, continúa a prueba por el escaso rédito logrado en los trece partidos en los que estuvo en el banquillo (nueve en el Clausura y cuatro en la Libertadores), con un total de cuatro derrotas y tres empates.

Y el River Plate necesita remontar una serie de cuatro partidos perdidos frente a su máximo rival en torneos oficiales y amistosos, sin y con Néstor Gorosito como técnico. Sus hinchas también advirtieron en la última jornada a los jugadores que: "si no ganan el domingo, acá no queda nadie".

"Contra el Boca Juniors siempre es un partido aparte y hay que jugar muy bien para ganar. Nosotros debemos recuperar la confianza de la gente, de los dirigentes, de todos", dijo el entrenador.

‘La Bombonera' estará repleta de aficionados el domingo y unos 1.100 agentes de la policía participarán en una operación de seguridad que impedirá el paso de los que no tengan boletos a unas cinco calles de distancia del estadio.

El encuentro entre Boca y River en 'La Bombonera' encabeza la lista de los 50 acontecimientos que un fanático del deporte debe ser testigo antes de morir, según un informe del diario inglés The Observer publicado hace cinco años.

Gavin Hamilton, editor de la revista World Soccer, dijo a ese matutino que "el partido Boca-River es un caos de color, ruido y energía; la pasión por este partido es tan grande que no hay nada en el mundo que la supere".

En aquella publicación se indicó que tras el clásico del fútbol argentino figuraban como opciones de atracción y emoción conducir un coche en el circuito del Gran Premio de Mónaco, presenciar un partido de tenis en el pista central de Wimbledon, un combate de boxeo en el Madison Square Garden, correr una etapa del Tour de France y jugar al polo en elefante en Nepal, entre otras.

En Argentina se dice que el que no vio en 'La Bombonera' un Boca-River tiene una asignatura pendiente para graduarse de hincha.

Buenos Aires (Argentina)

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