Los dirigidos por Ivo Basay, que hace un año firmaron su mejor papel con la final que perdieron frente a Italia, añadieron su nombre en el palmarés del torneo, históricamente dominado por el cuadro francés, que se quedó en puertas de conquistar su duodécima corona.
Francia apenas pareció extraer consecuencias del duelo que ambos equipos disputaron hace cuatro días, en la última jornada de la fase de grupos.
El cuadro galo fue incapaz de hacerse por el partido, dominado casi siempre por Chile, que dispuso de las mejores opciones de un partido que careció de ocasiones claras de gol. El equipo suramericano, más asentado en el terreno de juego, aprovechó su ocasión para sentenciar el duelo.
La entrada de Martínez cambió el rumbo del encuentro. Fue el arma empleada por Basay a lo largo del torneo. Y el jugador del San Luis le respondió.
Un cuarto de hora después de su salida al césped, el centrocampista batió a Johnny Placide.
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Fue el cuarto gol de Martínez a lo largo del torneo, que lo convirtió en el máximo anotador de la competición junto al argentino Buonanotte, que previamente había dado a Argentina el tercer puesto en la competición tras superar a Holanda.
Chile, que ganó sus tres partidos de la primera fase pero necesitó los penaltis en la semifinal contra Holanda, aguantó el empuje de su rival, que buscó con determinación pero con desorden el empate.
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El cuadro suramericano resguardó su botín y se llevó el triunfo que le convirtió en campeón de la 37a. edición del torneo, disputado en el Stade Mayol.
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