Por la mínima diferencia, así perdió nuevamente el equipo del atacante colombiano, quien jugó los 90 minutos. La derrota los tiene últimos con apenas 11 unidades.
Un tanto de Youssef En-Nesyri permitió al Leganés ganar la batalla por la permanencia contra el Huesca (1-0) en un duelo marcado por la misericordia del cuadro madrileño en los metros finales durante la segunda mitad.
Pese a llegar en el ecuador de la competición, era este un encuentro trascendental para ambos conjuntos toda vez que parecen llamados a competir por el objetivo de la salvación al final de la presente temporada.
En el caso del anfitrión lo afrontaba con la confianza que le dan sus buenas prestaciones en casa, pues solo el Villarreal se había ido con los tres puntos de Butarque. Sin embargo los precedentes inmediatos, una derrota liguera ante el Espanyol y una copera ante el Real Madrid, habían puesto fin a una racha de nueve choques oficiales sin perder.
Por su parte los oscenses se habían reencontrado con la victoria la jornada previa tras superar al Betis por 2-1. Triunfo importante por los tres puntos y por lo anímico, pues no sabían lo que era imponerse al rival desde la primera fecha del campeonato.
Dada la importancia de lo que había en juego, el vértigo fue el protagonista en el inicio. El miedo a un paso en falso que les asomara al abismo volvió a los contendientes recelosos, frenándoles en ataque.
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De esta manera lo más destacable en el primer cuarto de hora fue el recuerdo a una figura inolvidable en la historia del Leganés, el guardameta Jon Ander Serantes. La grada no había podido pronunciarse desde su salida al Avispa Fukuoka japonés y esperó hasta el minuto trece, ese que coincidía con su dorsal, para dedicarle una sonora ovación.
Fue invocarle y soltarse los locales. Lo intentó primer Jonathan Silva con un disparo desde la frontal que pasó cerca del palo tras el rechace de un saque de banda. Acto seguido probó Óscar Rodríguez, también desde lejos, pero su tiro se fue alto.
Tuvo asimismo sus opciones el Huesca, especialmente durante diez minutos en los que Ferreiro se echó el equipo a la espalda. Móvil entre los zagueros, dispuso de la más clara para los suyos con un remate desde el suelo que sacó de cabeza bajo palos Siovas. De ahí al descanso solo inquietó en el otro área Óscar Rodríguez, con un disparo a la media vuelta que obligó a una buena intervención de Santamaría.
Pasaron ambos equipos por los vestuarios y se dejó el Leganés colgados los complejos en la percha. Tanto fue así que en apenas cinco minutos dispuso de tres ocasiones que no suelen perdonarse. Pese a ello perdonó las tres.
Contribuyó a ello una defensa rival que sufría con los balones a espaldas. Uno de ellos lo encontró Jonathan Silva, quien enfiló la portería y falló en el mano a mano. Capturó el rechace Óscar Rodríguez y, solo, se encontró de nuevo con el cuerpo de Santamaría.
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Aún los aficionados con las manos en la cabeza por la oportunidad perdida, encaró En Nesyri sin oposición al recoger un envío en profundidad de Rubén Pérez pero su tiro se estrelló contra el palo cuando lo tenía todo a favor.
No terminó ahí el acoso pues lo buscaron otra vez Silva y En-Nesyri. Lo hizo el argentino mediante un centro chut que se perdió fuera mientras varios compañeros le reclamaban la asistencia. En el caso del marroquí, su testarazo lo detuvo junto a la madera el portero. Incluso Bustinza se quedó también cerca, pero no impactó bien el esférico debajo del travesaño. No había manera.
Parecía cuestión de tiempo que el balón entrase cuando un hombre destinado a ese objetivo como Guido Carrillo cayó en combate por una lesión en su tobillo izquierdo. No se resintieron los blanquiazules, que siguieron a lo suyo ya con Martin Braithwaite en el campo.
De tanto intentarlo llegó una merecida recompensa. Y quiso el destino que fueran protagonistas Óscar Rodríguez, Jonathan Silva y En-Nesyri; purgando así los tres sus pecados previos. Realizó el primero un cambio de juego milimétrico, centró el segundo y la enganchó el tercero adelantándose a su par.
Bastaba desde entonces con administrar la ventaja pero se veían los locales tan superiores que no bajaron el ritmo. Y de nuevo tuvieron otra de las que entran casi siempre, esta vez cuando El Zhar tuvo todo el tiempo del mundo para definir un mano a mano después de un pase de Rubén Pérez. Tan fácil debió verlo que acabó tapando Santamaría.
Afortunadamente no tuvieron que acordarse de ello los jugadores de Mauricio Pellegrino, que siguen mostrándose muy sólidos ante los suyos y encaran la segunda parte de la temporada con confianza. Más dudas le quedan al Huesca, obligado a un cambio de cara para seguir en la elite.