Huila no es un mal equipo: está bien parado, es ordenado, cumple con todas las fases del juego... pero algo pasa. Le falta chispa, le falta magia, le falta explosión. Por eso no pudo con un Deportivo Pereira que apeló a sus veteranos para sumar un punto que no suma mucho, pero que vale en su pelea contra el descenso.
Fue notable la exhibición de un jugador como Freddy 'Totono' Grisales, no tanto en lo futbolístico como en los físico y lo profesional: corrió todo el juego, nunca dio una bola por perdida, se impuso en el medio campo, fue líder...
Junto a él, John Viáfara se erigió como protagonista: él fue el tipo rudo del medio campo que desacomodó a un Huila que no tuvo jerarquía y sí un exceso de ansias que en nada le ayudaron.
Precisamente Viáfara fue el responsable de abrir el marcador con un potente tiro libre que, desde unos 35 metros y por vía terrestre, desacomodó a Estacio para el 0-1 al minuto 15.
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Lo curioso es que fue él también el responsable de la igualdad opita diez minutos después, ya que una mano suya en el área fue sancionada como penal y Jeison Quiñónez no perdonó.
Huila tuvo voluntad pero lo controlaron y, para mayor pesar de su hinchada, Robinson Zapata estuvo muy atento a los remates de media distancia (especialmente los de Madera) con lo que el Pereira, que en el segundo tiempo cuidó ese punto como lo que es: una posibilidad de huirle al descenso que lo acosa.
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Preocupa, eso sí, que los cambios en el cuadro amarillo de Neiva no funcionaron. Ni Calheira ni Milton Rodríguez fueron alternativas para desequilibrar el ataque, y por eso la segunda parte fue en exceso táctica por parte de la visita y sobrecargada de desespero en la piel del local.
1-1, un punto y se suma... no mucho, la verdad, y de a uno en casa no le alcanza al Huila para aspirar al play-off, así como no le alcanza al Pereira para recuperar su larga diferencia frente a América e Itagüí (que volvió a ganar). Pero se suma, que es lo importante.