Francia sigue sufriendo con su Eurocopa, pues hubo más incidentes de hooligans, esta vez en Lille tras el Rusia-Eslovaquia (1-2), se le abrió un conflicto diplomático con Moscú por el manejo con sus hinchas, y apenas tuvo el alivio con una victoria de los Bleus ante lamodesta Albania (2-0), con dos goles sobre el final.
En lo estríctamente futbolístico, el conjunto de Didier Deschamps volvió a quedar en deuda con sus fanáticos en Marsella, más allá del triunfo in extremis con un cabezazo del ingresado Antoine Griezmann (90) y un derechazo de Dimitri Payet (90+6) ante la debutante Albania, después de otra victoria en el epílogo como contra Rumania (2-1) en el duelo apertura del torneo en París.
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"Hicimos todo lo que teníamos que hacer. Los jugadores tienen mucho corazón", afirmó Deschamps.
Francia se convirtió en el primer clasificado a octavos de final al sumar seis puntos, pero tendrá que seguir mejorando el nivel si quiere revivir la fiesta del Mundial-1998. Eso lo puede demostrar ya con menos presión contra Suiza, con la que peleará por el primer puesto del grupo.
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Este miércoles tuvo dos caras. Flojo en el primer tiempo, con un juego poco creativo, sin demasiada asociación y sin 'punch', especialmente al haber arrancado sin sus máximas figuras Paul Pogba y Antoine Griezmann, que con sus ingresos cambiaron la imagen del equipo y dieron un poco de alegría.
El que le viene es Suiza, que empató 1-1 con Rumanía en el Parque de los Príncipes en lo que terminó considerando un buen negocio que lo deja en la puerta de la clasificación.
Los rumanos se adelantaron con un tanto de penal de Bogdan Stancu (18), quien se convirtió en el primer jugador del torneo en sumar dos goles en lo que va de la Eurocopa, y los suizos pudieron empatar en el segundo tiempo con un disparo cruzado de Admir Mehmedi (57).
"Estoy contento con la manera en la que jugamos (...) Un punto era lo mínimo, pero contra Francia lo tendremos que hacer mucho mejor si queremos ganar", declaró el seleccionador de Suiza Vladimir Petkovic.
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Los rumanos también pactaron con la calculadora en mano: un triunfo contra los albaneses en la tercera y última jornada del grupo A el domingo también los pondría en octavos.
En Lille y por el grupo B, Rusia, organizador del Mundial-2018, quedó al borde del abismo al perder 2-1 con Eslovaquia.
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El partido se disputó con gran tensión por lo que podía suceder en las gradas, pues la UEFA había advertido a los rusos con expulsión inmediata del torneo en caso de nuevos desmanes de sus fanáticos, tras el caos que generaron en Marsella el sábado pasado al margen del 1-1 con Inglaterra, que tuvo un balance de 35 heridos.
Vladimir Weiss y Marek Hamsik, en dos jugadas de gran calidad técnica, adelantaron a los eslovacos en el primer tiempo (minutos 32 y 45), mientras que los rusos sólo pudieron responder con un tanto a falta de 10 minutos para el final, por intermedio de Denis Glushakov (80).
En el estadio no sucedió nada grave, pero sí cerca de la estación de trenes Lille Flandres, donde la policía tuvo que usar gas lacrimógeno para contener enfrentamientos, principalmente de hinchas británicos, que también sacudieron la página policial con un batalla dentro de un tren que unía Calais con Lille entre galeses e ingleses.
Los eslovacos, que habían caído con Gales en el debut, se volvieron a poner en carrera, a la espera de lo que suceda el jueves en otro de los duelos de alto riesgo del torneo, el Inglaterra-Gales de Lens, adonde llegarán entre 40.000 y 50.000 británicos según la prefectura del Norte. Y atención que los Pross también depende del comportamiento de sus fanáticos, pues la UEFA les puso una amarilla simbólica y podría sacarles la roja de Francia-2016 si los hinchas hacen más lío.
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Todo esto genera una carga de tensión extra. Es que fuera del campo, la Eurocopa tenía dos frentes, el del fútbol y el de los hinchas violentos, pero el miércoles abrió un tercero, el diplomático, por la detención de decenas de presuntos "hooligans" rusos, que causó malestar en Moscú.
El ministerio ruso de Relaciones Exteriores indicó que convocó al embajador francés, para advertirle que "atizar sentimientos antirrusos en torno a la participación de la selección rusa en la Eurocopa podría agravar la atmósfera de las relaciones" bilaterales.
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Previamente, el canciller Serguei Lavrov había juzgado "totalmente inadmisible" la detención el martes de un autobús con 43 hinchas rusos que se aprestaban a viajar desde el sur de Francia a Lille (norte), para seguir el partido que su selección. Once de ellos fueron liberados, pero el resto continúan detenidos.