La primera ocasión la tuvo el equipo alemán en el minuto 13, con un remate de cabeza del holandés Bas Dost.
Poco después, creó dos ocasiones todavía mejores. Primero, en el minuto 25, André Schürrle tuvo en sus pies el gol de la ventaja pero se encontró con una gran parada con el pie del meta ruso Igor Akifeef.
Luego, en el 38, un gran pase diagonal del suizo Ricardo Rodríguez dejó a Daniel Caligiuri solo en el área quien, sin embargo, se demoró mucho en rematar y desperdició así una gran oportunidad.
Del lado del CSKA apenas dos conatos de contragolpe de Musa que, sin apoyo de sus compañeros, no pudo llegar siquiera al remate y un una llegada fortuita de Dzagoev recordaban la fama del equipo ruso de ser un equipo agazapado que puede ganar partidos con muy poca llegada.
En ese panorama el gol del Wolfsburgo parecía ser cuestión de tiempo y terminó por llegar antes del descanso, en el minuto 40, por intermedio de Julian Draxler.
El propio Draxler inició la jugada con un pase a Max Kruse, quien centró desde la raya de fondo y, desde el borde del área, remató de cabeza. Tras un apurado rechace de Akinfeev, Draxler marcó con la pierna derecha desde corta distancia.
Al término del primer tiempo, lo único que se le podía reprochar al Wolfsburgo era que no hubiera sacado mayor provecho de su evidente superioridad. El entrenador, Dieter Hacking, optó por hacer un cambio en el ataque dejando en el vestuario a Dost para darle paso al danés Niklas Bendtner.
La posición de Bendtner nominalmente era la misma de Dost pero la interpretación del papel era otra y la daba más movilidad y más rotación al ataque con lo que el Wolfsburgo se mostró en los primeros minutos del segundo tiempo aún más incisivo.
El meta del Wolfsburgo, Diego Benaglio, no tuvo su primera intervención hasta el minuto 61, cuando tuvo cortar un lanzamiento de falta de Kosic desde unos 35 metros.
Sin embargo, sobre todo a partir de la entrada de Doumbia en el 65, los rusos empezaron a mostrarse más ofensivos, a disputarle el centro del campo al Wolfsburgo y tuvieron un par de llegadas, un cabezazo de cierta peligrosidad de Wernbloom, en el 70, tras un saque de esquina y un disparo inofensivo de Tosic, en el 75.
Hecking reaccionó ante ello sacrificando un hombre netamente ofensivo, André Schürrle, para dar paso a Maximilian Arnold, en el 76, seguramente con el propósito de darle más estabilidad al centro del campo.
Aunque el partido parecía haberse invertido y ahora era el CSKA el que atacaba y el Wolfsburgo el que contragolpeaba, las ocasiones de verdadero peligro para Benaglio no llegaban y la mayor parte de los avances rusos solían morir en los pies de Dante y Naldo, que tuvieron una noche casi impecable.
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