Keane, quien antes de la gran final recibió el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada de la MLS, decidió el triunfo y el título del Galaxy al rematar perfecto con la derecha un pase que le hizo desde más atrás del medio campo el brasileño Marcelo Sarvas que sorprendió por completo a la defensa del Revolution.
El delantero irlandés, quien no estaba en fuera de juego, no perdonó y con un gran control desde dentro del área remató por bajo y perfecto ante la salida del arquero del Revolution, Bobby Shuttleworth, quien no pudo evitar el gol de la victoria del Galaxy.
El primer gol del Galaxy se dio al minuto 52, tras un centro al área del Revolution que envió desde la derecha el centrocampista sueco Stefan Ishizaki, donde Gyasi Zardes, de 23 años, controló el balón con la pierna derecha en la zona del portero y con la izquierda, entre dos defensas, batió por bajo a Shuttleworth.
El empate llegó al minuto 79 en una gran contra del Revolution que inició Patrick Mullins, al ganarle la espalda a la zaga del Galaxy, que pilló mal posicionada.
Mullins penetró por el lado izquierdo hasta la línea de fondo y dio un pase perfecto al defensa Chris Tierney, que lo había acompañado a la carrera.
Tierney, controló el balón dentro del área, superó a su marcador y batió por bajo y también con la pierna izquierda al arquero del Galaxy, el panameño internacional Jaime Penedo, que aunque tocó el balón nada pudo hacer para que el empate 1-1 subiese al marcador.
El duelo entre ambos equipos fue el tercero que disputaron en la final de la MLS y en las tres (2002, 2005 y 2014) ganó el Galaxy que se convirtió en el verdugo del Revolution, que todavía no ha podido conseguir el título de campeón en cinco finales que ha jugado.
Además, irónicamente, las tres victorias del Galaxy ante el Revolution, han sido en tiempo de prórroga y por un gol del diferencia, que en la final del 2002 marcó en el minuto 113 el guatemalteco Carlos Ruíz y en la del 2005, su compatriota, Guillermo Ramírez, que lo hizo en el 105.
El gran figura simbólica del partido fue el veterano delantero estadounidense Landon Donovan, de 32 años, al jugar su último partido como profesional y lo hizo por la puerta grande al conseguir su quinto título de campeón de la MLS, cuatro con el Galaxy (2005, 2011, 2012 y 2014) y el primero lo ganó en el 2001 con los Earthquakes de San José.
El partido se disputó en el StubHub Center, de Carson (California), ante 27.000 espectadores que llenaron las gradas del campo del Galaxy, que tuvo la ventaja al concluir la temporada regular con mejor marca que el Revolution.