El delantero dio unos toques al balón para el regocijo de los aficionados y, junto a sus compañeros de equipo, se acercó a la grada a saludar y a corear "yo soy brasileño con mucho orgullo y mucho amor", un estribillo que siempre se canta en los partidos de la selección.
Desde que comenzó la concentración de la selección, a finales de mayo, el equipo nacional no había generado tanta expectación en ninguna de las cuatro ciudades que visitó hasta ahora: Río de Janeiro, Goiania, Porto Alegre y Brasilia.
El público se agolpó a las puertas del estadio Presidente Vargas de Fortaleza durante hora y media, tiempo en el que los asistentes no pararon de gritar el nombre de Neymar.
Al final de la práctica, que fue muy suave para los titulares, el seleccionador nacional, Luis Felipe Scolari, autorizó a que se abrieran las puertas.
Neymar y el resto de los titulares tan solo realizaron un ejercicio suave de 20 minutos, en el que trabajaron el pase, en una tarde calurosa de esta ciudad costera de latitud ecuatorial.
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Los suplentes jugaron después un amistoso, a dos tiempos, contra el equipo juvenil del Ceará, uno de los clubes más populares de Fortaleza.
Brasil, que debutó en la Copa Confederaciones el sábado pasado con una victoria 3-0 sobre Japón, jugará este miércoles el segundo partido del Grupo A contra México en el estadio Castelão de Fortaleza.
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