Lo mejor que le pudo pasar a Oscar Héctor Quintaban en su debut con el Cúcuta Deportivo es que se acabara el partido con Equidad. Porque lo que quedó claro después del 0-1, la sexta derrota en nueve juegos para los motilones, es que el problema del equipo de la frontera no pasa tanto por el banquillo como por una nómina sin muchas variantes, menos cuando al frente está esa muralla que es el cuadro de Bogotá.
Es casi una ironía. Mientras los dos grandes de la ciudad sufren por su incapacidad para cerrar partidos, ganar y guardar su arco, el pequeño, Equidad, acumuló su cuarta victoria en los últimos cinco partidos, y de paso le repitió la dosis a unequiopo al que ya había aplastado 4-1 en casa.
Quintabani, que llegó a Cúcuta ofreciendo trabajo , va a tener que esforzarse mucho para que su escuadra sea algo más que un equipo batallador (esta vez lo fue).
Con ese nuevo aire que da el tener un nuevo conductor, el local salió a avasallar a la visita y en cinco minutos ya había generado un par de llegadas, una muy clara de Martín García al minuto 5. Pero en la primera jugada de área de Equidad llegó el gol que sentenciaría el juego: tiro de esquina, pésima marca motilona y entre Darwin Andrade y Carmelo Valencia remataron la pelota que venció a Williams Buenaños.
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Era el minuto 7 y ya Cúcuta perdía de nuevo. Lo peor es que Equidad se metió atrás y, aprovechando la ansiedad del dueño de casa, empezó a contragolpear a placer. Ese fue el monólogo del juego a partir de ahí.
Por eso no extrañó que estuviera más cerca el 0-2 que el empate. John Viáfara lo tuvo en un palazo al 28, Carmelo en un mano a mano con Buenaños al 53, Guazá cuando ingresó por Valencia después del 30...
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Cúcuta mejoró con el ingreso de Henry Palacios, que le puso al menos otra velocidad al juego y permitió que Falucho Herrera no se viera tan solo, pero ni él, ni Tomy Tobar (que entró por Herrera) ni el grandote García lograron superar una muralla conformada por Flavio Córdoba, Román Torres, Dager Palacios y Darwin Andrade.
Al final hubo expulsiones, Víctor Giraldo por la visita y Yesid Martínez por el anfitrión, pero nada cambió. Cúcuta fue una ola que se estrelló en una pared sólida. Hay que ver si al menos estas ganas sirven para levantar en los nueve fechas que restan.