"Después de 16 largos años y demasiados desengaños, (ellas) volaron al norte para poner de nuevo a Estados Unidos en la cima del mundo del fútbol", destacó Obama en la recepción al recordar el triunfo de la selección en Vancouver (Canadá) en julio pasado.
Allí, el combinado estadounidense se impuso por 5-2 al equipo japonés y obtuvo su tercera copa mundial, tras las conseguidas en 1991 (primer año que se disputó el torneo) y 1999.
Obama subrayó el desempeño en ese partido de Carli Lloyd, autora de tres de los cinco goles, y elogió también a la excepcional entrenadora del equipo, Jill Ellis.
Asimismo, el Presidente felicitó a otra de las jugadoras, Sydney Leroux, por su reciente boda y mencionó a su chihuahua, que tiene 10.000 seguidores en Twitter.
"Han sido unos meses muy intensos para el equipo. Desde que ganaron la Copa del Mundo en julio, han aparecido en portadas de revistas y videojuegos, y aparentemente incluso en laberintos de maíz", repasó Obama.
Según Obama, un agricultor de California construyó un laberinto de maíz con la forma de la cara de (la jugadora) Megan Rapinoe.
"Yo pensé que era genial hace unos años cuando alguien hizo un busto de mí de mantequilla. Pero Megan tiene todo un campo de maíz", bromeó.
A través de su juego en el campo y de la campaña #SheBelieves, estas mujeres han inspirado a millones de niñas a soñar en grande y, por cierto, también a millones de niños a mirar a las niñas de forma diferente, lo que es igual de importante, comentó Obama.
Tras la recepción, las jugadoras despidieron desde el balcón de la Casa Blanca a Obama, que partió en helicóptero hacia la base aérea de Andrews para viajar a Chicago, donde esta tarde intervendrá ante la reunión anual de la Asociación Internacional de Jefes de Policía.