Los golpes de talento del astro portugués, no obstante, ni fulminan las dudas ni calman el ambiente. El Real Madrid no mejoró y la insatisfacción de su hinchada es evidente. El plantel, cuerpo técnico incluido, reclama un golpe de timón. Un cambio brusco para un bloque sin rumbo.
El último partido del año se sumó a la lista de culpables de la campaña' contra el Real Madrid 'desenmascarada' en la previa por el entrenador Rafael Benítez.
En el cierre de un 2015 para olvidar, de un año que contempló el declive blanco después de un 2014 cargado de éxitos y que dejó al equipo sin éxitos y con un palpable deterioro en su imagen (eliminación de la Copa por alineación indebida, el fichaje de David De Gea...), el cuadro blanco fue incapaz de cambiar la insatisfacción de la afición.
El mensaje del técnico madridista, puesto en cuestión y silbado notablemente en los prolegómenos, no caló. Nadie vio los fantasmas a los que Benítez se refería. Solo contempló a un equipo perdido sobre el césped, sin rumbo y sin ideas superado en momentos por un rival menor.
A la línea argumental expuesta en la sala de prensa por Rafael Benítez le faltó, sobre todo, autocrítica. Pero ni así, en esa huida hacia adelante, logró la comprensión del aficionado ni la sintonía de los jugadores, que ofrecieron otra pobre imagen sobre el césped. Su periplo en la nave blanca parece tener fecha de caducidad.
Las buenas intenciones apenas parecieron durar diez minutos. Los del arranque. Los que el Real Madrid puso a prueba el meta argentino y en los que tuvo tres claras ocasiones de gol desarboladas por el portero.
No dio síntomas de mejoría el cuadro de Benítez. Ni dio sensación de poder avanzar en su aspecto en un futuro próximo. Aún así, pudo contar con una ventaja favorable al principio. Con un disparo de Benzema y un contraataque mal acabado por Cristiano.
Poco necesitaba el conjunto blanco para embotellar a la Real Sociedad, un rival amenazado por los puestos de descenso. A solo dos de la terna que mira hacia Segunda y que con Eusebio como nuevo técnico solo ha ganado dos partidos de siete.
Aun así, apenas sufrió el conjunto donostiarra. Castigado, además, con dos penaltis en contra y dos lesiones en la primera mitad. La de su goleador -doce de los diecisiete tantos de su equipo-, Agirretxe, que duró un cuarto de hora, lastimado tras marrar la ocasión más clara de su equipo, y la de Sergio Canales, dañado en la rodilla izquierda.
Eusebio dejó en el banco al mexicano Carlos Vela y sacó de inicio al brasileño Jonathas. Dos puntas para rentabilizar las dudas de la zaga local. Pero apenas llegaron balones a sus atacantes.
Incapaz de generar peligro por sí mismo el Real Madrid tuvo sus opciones en dos penaltis. Falló el primero Cristiano Ronaldo. Lanzó a las nubes la pelota y el público, expectante y contenido hasta ese momento, no lo perdonó. La pitada fue mayúscula.
No se equivocó en el siguiente lanzamiento desde los once metros. Señalado al borde del descanso. Si el primero fue protestado, por un presumible empujón a Benzema, este no dejó de serlo. Una mano dentro del área de Yuri, que minutos antes había visto la tarjeta amarilla.
El gol sosegó el ambiente. Tenso cada vez más. Y evitó una protesta generalizada al equipo en la marcha a los vestuarios.
Justo al mismo tiempo se rompió Sergio Canales. Se quedó clavado en el césped con la rodilla dolorida. El cántabro no termina de encontrar el sosiego.
Fue una leve tregua la que consiguió el gol de Cristiano. El panorama se afeó de nuevo para el Real Madrid al poco de iniciar la segunda parte, cuando Bruma batió con un golazo a Keylor antes del minuto 5 de la segunda parte. El guineano recibió solo un balón en el área y lo colocó en la escuadra contraria del costarricense.
El gol espoleó a la Real Sociedad, que vio el estado terminal de su adversario, y agitó a una grada con la paciencia agotada. Keylor salvó el 1-2 al solucionar un mano a mano con Jonathas. Benítez recurrió a Mateo Kovacic. No hubo noticias de Isco, que calentó casi toda la segunda parte y se quedó sin minutos.
Una acción puntual, un toque de talento, dio un respiro al Real Madrid. Cristiano Ronaldo definió con la izquierda un lanzamiento de tiro de esquina en plena ebullición de la grada. El tiro superó a Rulli, agigantado durante todo el choque.
En los últimos minutos la zozobra y el runrun planeó por el estadio. Con la pelota en poder de la Real Sociedad. Sin embargo, un latigazo final, generado por Cristiano Ronaldo, continuado por Bale y culminado por Lucas Vázquez, dio un respiro al Bernabeu. Aire provisional.
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