Los hechos que desencadenaron la decisión final, tuvieron lugar el pasado 30 de mayo en Paris, luego de que el jugador insultara al agente policial y le propinara un codazo que lo dejó un día incapacitado. Los sucesos ocurrieron en la salida de una discoteca de la capital francesa. Esa misma noche fue privado de su libertad y, constantemente, negó su participación en los hechos.
El jugador, literalmente, la sacó barata.
La condena en territorio francés, por agredir a un policía supera los 45.000 euros y los implicados tienen que pagar una condena de tres años de cárcel.
Ante la decisión del tribunal, el abogado del deportista, anunció que apelará la sentencia.
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