El presidente de la Federación Turca de Fútbol, Yildirim Demirören, aseguró este miércoles que el país euroasiático va a presentar su candidatura a la organización del torneo de naciones.
"Deseo que nuestra candidatura sea la ganadora. Turquía presentará el próximo 2 de marzo su candidatura para la Eurocopa 2024", explicó el responsable del organismo deportivo durante una rueda de prensa conjunta con el ministro de Deportes del país, Akif Cagatay Kiliç.
Turquía ya había sido candidata a la organización de la Eurocopa de 2020, que se disputará en trece ciudades -ninguna turca- de varios países, con las semifinales y la final en Londres. Desde ese proyecto frustrado, los turcos habían centrado sus esfuerzos en preparar el intento de lograr la sede de 2024.
El ministro de Deportes aseguró por su parte que el país ya cuenta con las infraestructuras necesarias para acoger el evento. "No hay ningún problema con todo lo que tenga que ver con carreteras, puentes y aeropuertos", apuntó Kiliç.
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Desde la llegada al poder de Recep Tayyip Erdogan en 2003, Turquía ha puesto en marcha multitud de obras y trabajos faraónicos con el fin de modernizar sus vías de comunicación de cara al "objetivo 2023", año en el que el país espera convertirse -según las previsiones del gobierno- en uno de los diez estados más ricos del planeta.
El principal objetivo de las autoridades turcas, en cualquier caso, será tranquilizar a la UEFA sobre la seguridad de país, escenario de multitud de atentados por parte de yihadistas y rebeldes kurdos, además del intento de golpe de estado del pasado julio.
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En su candidatura, Turquía competirá con Alemania, que ya acogió el Mundial de 2006, y los países escandinavos (Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia), que presentan una propuesta conjunta.
Si la UEFA elige como sede organizadora al país otomano, decisión que tendrá que anunciar como muy tarde en septiembre de 2018, se tratará del mayor evento deportivo celebrado en Turquía, que ha intentado organizar una Eurocopa hasta en tres ocasiones.
En ese sentido, la elección de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos de 2020 en lugar de Estambul supuso un serio varapalo para el país.