El buen nivel que dieron las rotaciones la pasada jornada liguera ante el Eibar no empujaron a Carlo Ancelotti a medir esfuerzos. Lo pagó caro. No se cumplían los tres minutos cuando Bale quedaba tendido sobre el césped. Pinchazo en el gemelo izquierdo y cambio. El derbi vital de 'Champions' en la mente de todos. Aún más cuando Modric se retiró cojeando, con la rodilla derecha encendiendo las luces de alarma del Santiago Bernabéu.
Las ideas de Ancelotti sufren un vuelco. Su 4-3-3 inamovible no se sostiene sin Bale. Lo probó en fases del partido con poco éxito. A Isco se le vuelve a abrir el camino a la titularidad, siempre al quite tras una lesión de un titular para reivindicarse. Tendrá que mejorar su nivel reciente, aún aturdido por ser relegado a un segundo plano inmerecido con el regreso de James Rodríguez. En un duelo siempre especial para él, ante su Málaga, estuvo desacertado.
El miedo era común en los madridistas tras ver a Bale retirarse cojeando cariacontecido nada más arrancar el duelo. Lesión muscular en el momento clave de la temporada. El Real Madrid debía sobreponerse con la obligación de ganar tras ver al Barcelona vencer al Valencia y mantenerse en el liderato.
El Málaga, siempre con gusto por el balón, aprovechaba esos momentos de incertidumbre para asomar por el área rival. Castillejo rondaba el gol y Amrabat probaba la noche de Casillas, que sufría viendo pasar un saque de esquina de Recio envenenado al segundo palo.
El Real Madrid jugó a impulsos, a un ritmo bajo acusando el desgaste del Vicente Calderón, sin profundidad en las bandas con el 4-4-2 que manda a Cristiano Ronaldo a jugar en punta. Cuando se multiplicó en funciones Modric enganchó acciones ofensivas. La movilidad de 'Chicharito' a espaldas de los centrales daba una salida. En la testa del mexicano estuvo la primera ocasión clara. James puso con el guante una falta lateral y ante el cabezazo del mexicano voló Kameni para sacar una mano salvadora.
Nada pudo hacer el portero camerunés a los 24 minutos, cuando una falta similar la chutó con potencia Cristiano y Sergio Ramos, en posición dudosa, marcó a placer en el segundo palo. Las quejas amargas de los futbolistas del Málaga sirvieron de poco.
Fueron momentos en los que el buen hacer del Málaga quedó a expensas de su portero. Respondió Kameni, decisivo ante un zurdazo abajo de James Rodríguez a la media hora. El triunfo del Camp Nou del equipo de Javi Gracia no es una casualidad. Lo mostró en el Bernabéu, sin perder nunca la cara al partido y mostrando un sello ofensivo imborrable. Si no llegó con empate al descanso fue por la falta de acierto en el remate. La tuvo Darder, con todo a placer, como la desea cualquiera, la pelota muerta tras un rechace en el punto de penalti. Chutó a las nubes cuando buscó la escuadra.
En la reanudación el panorama no cambió. En la mente de los madridistas no gastar todas sus energías pero el Málaga los empujó a ello.
El nivel de exigencia del partido provocó que si el Real Madrid quería mantener el pulso en la Liga tuviese que trabajar más de lo deseado. Cuando caminó, Juanmi avisó a Casillas de lo que le esperaba y Amrabat sacó un disparo cruzado cerca del poste.
En un momento delicado entre la imprecisión de Kroos y la ausencia de Isco, fueron James y Cristiano los que se echaron su equipo a las espaldas. Generaron las primeras ocasiones de la segunda parte, cuando de nuevo el Bernabéu se echó a temblar al ver a Modric lesionarse y pedir el cambio. Si la lesión de Bale condiciona a Ancelotti, la ausencia de Modric si se confirmase es una merma clave ante el Atlético.
Cristiano no se amilanó. Temblaba el Real Madrid cuando apareció su líder. Enganchó una pelota en el centro del campo, vio espacios y lanzó una carrera contra el mundo. Aprovechó el resbalón de un rival para asistir a James que fue derribado en su recorte. Saboreaba su tanto 50 de la temporada cuando chutó el penalti tan ajustado que lo estrelló en la madera.
No dio tiempo a las lamentaciones. Le tocaba el turno a James que no falló. Acostumbrado a firmar golazos, colocó en la escuadra su disparo tras asociarse con varios compañeros en paredes en su carrera al arco. Uno más para su vídeo sin tantos normales.
Se daba por rendido al Málaga pero nada más lejos de la realidad. Le esperaba una buena dosis de sufrimiento a la parroquia madridista que vio cómo 120 segundos después Juanmi remataba a placer un centro medido de Rosales. Pepe buscaba a Arbeloa, desaparecido en la marca, y Casillas elegía mal a la hora de lanzarse, al ver entrar la pelota por el centro de su portería.
El enfado final entre miedos lo calmó 'Chicharito', aprovechando por segunda semana consecutiva su oportunidad. Cada acercamiento del Málaga incrementaba los silbidos de queja. Todos deseaban que volase el tiempo pero Cristiano firmó la sentencia, a placer, tras la buena maniobra del mexicano que le dejó a puerta vacía. Era el final de una victoria cara. El madridismo mira a la 'Champions' y a la enfermería.