El colombiano busca a sus 27 años su primer triunfo en el Tour de Francia en su cuarta participación.
"Sé que Froome no es imbatible. Puedo dejarlo atrás", afirma en unas declaraciones aparecidas este miércoles en el diario deportivo francés 'L'Equipe', que publica una entrevista realizada antes del inicio de Tour.
El diario señala que Quintana solía responder al ser preguntado por su gran rival: "La dificultad en el Tour no es el Tour, es Froome", pero L'Equipe piensa que su autoestima con respecto al británico ha crecido desde que el colombiano ganó el año pasado la Vuelta a España y Froome fue segundo.
"Creo haber ganado suficientes carreras importantes para figurar en los libros al lado de ‘Lucho’ Herrera. Después, claro, me falta el Tour", señala en la entrevista.
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"Tengo el orgullo de pensar que con mis victorias, he dado otra imagen de mi país, que, lo sé, espera de mí ahora que gane el Tour", añade.
En la conversación con L'Equipe, aparece el nombre de su compatriota Jarlinson Pantano, quien tras ganar el año pasado la etapa con final en Culoz, en el Tour, había "preguntado al presidente, en directo, sobre la pobreza de sus conciudadanos", explica el diario.
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"Su tristeza era más fuerte que su alegría. Era ella la que dictaba sus palabras", explica Nairo Quintana.
En la entrevista también hay un recuerdo para el italiano Michele Scarponi, fallecido en abril en un entrenamiento.
- Más prudente tras la muerte de Scarponi -
"Un verdadero traumatismo. Desde entonces, cada vez que salgo a correr, mi mujer me pide que sea prudente. Ayer me dijo: Acuérdate que aquí, en casa, alguien te espera", afirma Quintana.
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"¿Se encomienda él a Dios?", se pregunta el diario. "Más en un ser espiritual que planea por encima de nosotros y nos protege", es la respuesta del ciclista colombiano.
El diario se pregunta también si Quintana está decepcionado por haber quedado en segunda posición en el pasado Giro de Italia.
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"No verdaderamente. Tuve fiebre en las dos etapas clave del Stelvio y el Piancavallo, donde pensaba tomar tiempo", a sus rivales, responde el ciclista. "Las cronos eran demasiado largas para mí", añade.
Quintana tiene la sensación de haberse "recuperado bien" del Giro y afronta el Tour "con confianza".
"En el Tour de 2015, perdí todo con el viento en Zelanda (Holanda) y en 2016 tuve una alergia un tiempo" y el Tour no perdona nada, ninguna flaqueza", reconoce.
En la entrevista recuerda su infancia y juventud en Combita, donde sus padres tienen un negocio de frutas y verduras. "Venden también pollos. Es una especie de pequeño mercado", afirma el ciclista.
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Su padre, Luis, tenía siete años cuando fue atropellado por un camión, que le provocó lesiones en la columna cervical y una pierna paralizada, habiendo sufrido catorce operaciones.
"Tenía una actividad reducida. Con mis hermanos, le ayudábamos a recolectar las frutas y verduras, a cuidar los animales. Y yo le acompañaba en los mercados", señala Quintana.
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Con catorce años, Nairo Quintana hacía de taxista sin tener permiso de conducir. "Alquilábamos un auto. Era lo único en regla", explica.
Paralelamente iba a la escuela en bicicleta, a Arcabuco, 32 km entre ida y vuelta, con dos pequeños puertos de montaña. "En invierno hacía siete u ocho grados. Llovía a menudo", añade Quintana.
"Comía sano, cuando tenía hambre, los productos de nuestra huerta" afirma el ciclista.
Su padre le enseñó, según sus palabras, "a luchar por lo que uno cree que es justo, a comprender que nada se obtiene sin esfuerzo", concluye.
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