Se jugaba la parte alta de la novena entrada partido y el duelo se interrumpió durante unos nueve minutos en lo que la aficionada era atendida por personal médico.
La mujer fue auxiliada para que pudiera pararse antes de que los médicos la colocaran en una camilla y la llevaran al primer piso del estadio. Su cara fue cubierta con una toalla.
Una vez que los Bravos concretaron su victoria de 5-3 no había reportes del estado de la aficionada.
"Es horrible. Nuestras oraciones van para ella, sin duda", dijo el manager de Milwaukee, Craig Counsell. "Odiamos que pase eso. Espero que se recupere y vuelva disfrutar de un partido".
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La escalofriante escena ocurrió alrededor de un mes después de que una mujer de Massachusetts, Tonya Carpenter, sufriera una lesión de consideración al ser golpeada por un bate que salió disparado a las gradas y la golpeó en la cabeza. Inicialmente se dijo que las heridas de Carpenter ponían en peligro su vida.
La mujer de 44 años pasó varias semanas en el hospital y su situación mejoró antes de que fuera llevada a un centro de rehabilitación.
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Tras el accidente, Grandes Ligas dijo que revisaría la seguridad en los estadios.