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Brenda Olaya, judoca colombiana en el podio.
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Brenda Olaya 'se bañó de oro' en el Panamericano-Oceanía Junior de Judo, en Canadá

En la categoría de los 78 kilogramos, la colombiana Brenda Olaya se lució en el 'tatami' y se quedó con el primer cajón del podio. ¡Dejando al país en lo más alto!

La judoca colombiana Brenda Olaya se coronó campeona juvenil del Campeonato Panamericano-Oceanía 2023 , certamen que se escenificó en territorio canadiense.

La única representante nacional se destacó en la categoría femenina de -78 kilogramos, llevándose la medalla de oro en Calgary, Canadá.

Brenda, ranqueada como la número 12 del mundo en la categoría juvenil, ocupó la primera plaza del podio que fue completado por la puertorriqueña Sairy Colón y por la chilena Adela Espinoza, plata y bronce, respectivamente.

Es importante mencionar que la cita intercontinental se dio con la participación de 12 naciones y 104 competidores, 55 de ellos varones y 49 damas. Además, cada rama contó con el concurso de siete categorías.

Ministerio del Deporte.
Brenda Olaya, judoca colombiana.
Ministerio del Deporte.

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Una panamericano con el corazón a mil


En un emocionante evento que reunió a 104 atletas procedentes de 10 países en el impresionante Complejo Deportivo, la pasión y la excelencia del judo brillaron en su máximo esplendor. Los jóvenes talentos del continente americano y de Oceanía se enfrentaron en busca de las codiciadas medallas.

Las competencias de judo junior deleitaron a los espectadores con su destreza, determinación y espíritu deportivo. Cada enfrentamiento fue un testamento al arduo trabajo y la dedicación de estos jóvenes atletas, que se esforzaron al máximo para alcanzar el éxito.

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El rugir de la multitud y la tensión en el aire crearon una atmósfera electrizante en el Winsport Complex. Las técnicas de judo se desplegaron con una elegancia feroz en el tatami, mientras los contendientes se medían con respeto y camaradería. Desde proyecciones espectaculares hasta sutiles movimientos de estrangulamiento, cada combate ofrecía una exhibición de habilidades excepcionales.

Los países representados compitieron con fervor y pasión, buscando llevar a casa el honor y la gloria para sus naciones. Los entrenadores y los aficionados observaron con admiración mientras estos jóvenes luchadores se superaban a sí mismos en cada encuentro.

El público no solo disfrutó de la acción en el tatami, sino que también se conmovió con la emoción en los rostros de estos atletas. Las lágrimas de alegría y las sonrisas de satisfacción se mezclaron en una celebración de la dedicación y el sacrificio que cada atleta había invertido en su viaje hacia esta competencia.

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