La tenista británica Emma Raducanu está en el ojo del huracán después de haber despedido a su entrenador Andrew Richardson, dos semanas después de haber conquistado el US Open.
Hace un poco más de un mes, la jugadora de tan solo 18 años ganó el último Grand Slam sin perder un solo set, de la mano de su coach británico, a quien conoce desde que tiene 10 años. Esta victoria la catapultó de la casilla 150 al puesto 22 del ranking de la WTA.
“Obviamente, tener esa experiencia con su equipo. Es difícil tener esa conversación con alguien (..) Pero necesito a alguien que haya tenido esa experiencia profesional en giras. Creo que para mí es realmente lo que necesito", afirmó la tenista británica.
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El entrenador argentino Carlos Rodríguez se perfila como el mejor opcionado para ganarse el puesto en el box de Radacanu, pues el éxito conseguido con la tenista belga Justine Henin (ganadora de siete Grand Slams) es su carta de presentación.
Pero otro reconocido mentor del WTA Michael Joyce piensa que los mejores entrenadores del circuito no deben afanarse por trabajar con Raducanu.
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"No me gustó la declaración (refiriéndose a las palabras de la tenista mencionadas anteriormente). Si tienes un buen entrenador y funciona bien, pensarías que querrás seguir con él. ¿Por qué querrías un entrenador de renombre? ", afirmó el ex entrenador de María Sharapova.
El próximo entrenador de Raducanu tendrá una gran presión, pues cada mal resultado, como el que obtuvo en Indian Wells, se le adjudicará a quien se quede con el cargo.
“Es una gran jugadora, pero será un trabajo duro para el próximo entrenador, ya que las expectativas son altas", agregó Joyce.
Para solventar estos problemas a los que se enfrentará Raducanu al llegar a la cima tan joven, Michael Joyce espera reunir a la británica con la que fue su pupila, María Sharapova.
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Recordemos que la tenista rusa ganó Wimbledon cuando tenía solo 17 años, venciendo a Serena Williams en la final. Por su experiencia no hay nadie en el circuito más apta para guiar a la británica.
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"Solo puede ayudar a Emma hablar con María, así que la animaré a que lo haga", concluyó Joyce.