El resultado impide por un lado que el Everton se alce hasta los puestos de Liga de Campeones -permanece quinto en la tabla de la liga inglesa, con dieciséis puntos-, y deja al Liverpool anclado en la duodécima posición, con diez puntos.
Antes del cuarto de hora de juego, el uruguayo Luis Suárez abrió su actuación de la tarde con un disparo que rebotó en el defensa del Everton Leighton Baines para acabar en el fondo de la red del arquero estadounidense Tim Howard.
Si bien el encuentro se mantenía equilibrado durante los primeros compases, las gradas del Goodison Park enmudecieron en el minuto 20, cuando Suárez se desquitó de ese primer tanto que no subió a su casillero particular.
El capitán de Inglaterra, Steven Gerrard, sirvió una falta desde la zona de tres cuartos con un efecto hacia el interior que descolocó a la defensa del Everton.
Solo el uruguayo supo leer las intenciones de su compañero, y corrió hacia una zona deshabitada del área donde no le esperaban los defensores para conectar de cabeza un balón limpio que envió a la parte bajo el palo izquierdo de la meta de Howard.
La decepción entre el público local duró tan poco como la euforia en las filas "red": apenas un minuto y medio después, el centrocampista inglés Leon Osman se hizo con un mal rechace para lanzar un balón raso que se coló entre el árbol de piernas que poblaba el área del Liverpool y acabó en la red del australiano Brad Jones, que sustituía al español Pepe Reina, que arrastra molestias.
El Goodison Park contuvo la respiración durante diez minutos en los que el Liverpool arreció al contragolpe.
Suárez y los suyos apretaban para asegurar su ventaja en el marcador con un tercer gol antes del descanso, pero fueron los locales quienes asestaron un golpe al duelo justo en ese momento.
El escocés Steven Naismith volvió a batir a Jones con un disparo desde el área pequeña con el que conectó un centro del belga Marouane Fellaini, que se giró en el interior del área para asistir de un zurdazo a su compañero, que se había colado entre los dormidos defensas visitantes.
El derbi de Liverpool volvía a estar en marcha, y el primer tiempo concluyó con un Everton envalentonado y confiado en su capacidad para vencer a sus vecinos, si bien no supo materializar ninguna de sus ocasiones.
Tras la media parte la situación no cambió: el Everton mantuvo el dominio del balón, si bien los de Brendan Rodgers tuvieron sus opciones de ponerse por delante en el marcador al contragolpe.
Las alarmas saltaron en el Goodison Park con el tiempo cumplido, cuando Suárez vio cómo el colegiado anulaba por fuera de juego un tanto que habría salvado los tres puntos para los suyos.