Y es que el Olympique de Lyon se quedó prácticamente sin opciones de meterse en los octavos de final de la Liga de Campeones.
El conjunto francés, que lleva ocho temporadas seguidas saliendo vivo de la fase de grupos, tendrá que sacar la calculadora y encomendarse a un milagro en la última jornada. Tendrá que golear al Dinamo en Zagreb y esperar que el Ajax caiga también por goleada en Amsterdam.
El partido era toda una final para ver quien se adjudicaba la segunda plaza del grupo. El resultado demostró que quizás ninguno de los dos se la merecía. La errática trayectoria de ambos en sus respectivos campeonatos quedó reflejada con el mediocre juego que desplegaron en el césped de Gerland.
Sólo en los minutos finales se vio algo de espectáculo, nacido de la agonía del Olympique que quiso escapar, sin éxito, de la Liga Europa.
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Con prisas salieron los locales. A los cinco minutos Lisandro puso a prueba a Vermeer con un disparo colocado que el portero holandés acertó a desviar con una bonita estirada. Parecía que el Olympique se disponía a arrollar al Ajax. Sin embargo no tardó la visita en romper el ritmo del once francés. Primero apoyándose en su afición, cuyas bengalas crearon una nube que apunto estuvo de interrumpir el partido. Y seguidamente imprimiendo una evidente parsimonia a su juego. A los hombres de Frank de Boer les bastaba con un empate para asegurarse prácticamente su presencia en octavos.
En la primera parte el Olympique no pudo controlar el ritmo del juego en ningún momento. Su aportación ofensiva se resumió a sendos disparos de Réveillère y Briand, ambos ligeramente desviados. El conjunto francés se fue además al descanso angustiado, al verse asediado por el Ajax en los minutos finales.
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Tras el descanso el partido se aceleró y el Ajax estuvo a punto de aprovecharse de la ansiedad del once lionés. Pero Lloris, una vez más, se erigió en el gran salvador del Olympique con dos paradas consecutivas, una de ellas milagrosa en un mano a mano con Miralem Sulejmani.
La última media hora fue para los locales que comenzaron a llegar con más claridad. Lisandro pidió el cambio y dejó su lugar a Ederson. La entrada del brasileño dio nuevos aires al Olympique. Estaba claro que el argentino llegaba muy justo tras pasarse más de tres meses lesionado.
A falta de diez minutos Ederson habilitó a Bastos, quien se topó con una estirada espectacular Vermeer, de lo contrario su disparo con efecto hubiera sido un golazo.
Los últimos minutos fueron un asedio en toda regla al área holandesa. La hinchada pidió un penalti de Enoh a Kallstrom y en el último minuto Vermeer nuevamente volvió a salvar los muebles del Ajax con otra gran parada a disparo de Lacazette.
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