La decisión de la jueza Adriana Costa dos Santos señala que el entorno del estadio está aún en obras y podría generar peligros para los aficionados.
El partido sería el primero de carácter oficial en el Maracaná, que albergará la final de la Copa Confederaciones, el próximo 30 de junio, y del Mundial de 2014.
La gobernación de Río de Janeiro anunció que va a recurrir la decisión y explicó que "por un fallo burocrático" no se envió el informe de seguridad de la policía a la Federación de Fútbol de Río de Janeiro.