La selección de Edgardo Bauza deberá sacar sus mejores cartas, en un equipo diezmado por amonestaciones, para afrontar el duelo frente a Bolivia.
La prestigiosa orquesta sudamericana está desafinanda en esta Eliminatoria como una banda de escuela primaria, pese a los esfuerzos de su máximo intérprete. Lionel Messi es el salvador constante de una selección albiceleste que juega a nada y que solo espera que su estrella frote la lámpara para rescatarlos de la crisis.
Las cuentas son claras: la albiceleste logró 15 puntos, el 83%, en los seis partidos que Leo estuvo en cancha en las eliminatorias y, sin él, obtuvo el 33% (siete unidades en siete juegos).
El equipo de Edgardo Bauza deberá trepar el martes a los 3.600 metros de La Paz con un equipo diezmado por amonestaciones y lesiones, entre ellos, Gonzalo Higuaín y Javier Mascherano.
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Bolivia, con siete puntos y en el anteúltimo escalón, se convierte para Argentina en un adversario muy peligroso ya que jugará sin presiones e intentará despedirse del premundial con el consuelo de haber derrotado a los de Messi.
El plato fuerte que habrá en Quito
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Ecuador espera a Colombia en la altura de Quito (2.650 metros) en un duelo parejo que puede enderezar el camino a Rusia, si hay un ganador.
El ‘tricolor’ viene de recibir un golpe ante Paraguay 2-1 en Asunción y vuelve a caer en su estado ciclotímico tras hilvanar cuatro triunfos consecutivos al inicio de la eliminatoria.
Colombia exhibe un estado de ánimo similar y esta vez, sin descollar, se llevó un ajustado triunfo 1-0 ante la débil Bolivia en su feudo de Barranquilla.
Su figura, James Rodríguez, extiende en la selección cafetera el discreto momento que vive en el Real Madrid y sus otros compañeros de buen pie, Carlos Bacca y Juan Guillermo Cuadrado, se pierden en un equipo que, a contramano de su historia, se dedica más a la marca que a la creación.
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