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Cinco lecciones del título de Santa Fe… para Millonarios

Se acabó la mofa ridícula. La palabra campeón se gritó en Bogotá en las gargantas de los hinchas del rojazo, ante la mirada atónita de su vecino azul, ahora más que nunca sediento de gloria.

El domingo 15 de julio, inevitablemente, las lágrimas estaban predestinadas en El Campín. Por fortuna para los rojos, todas ellas fueron de felicidad por una alegría contenida durante 36 años, seis meses y 25 días. Pero así como apareció ese sentimiento, se vio otro en Bogotá: uno difícil de describir. 

Y es que para los hinchas de Millonarios la séptima estrella de Santa Fe puede traducirse de varias formas. Nostalgia, satisfacción por acabar la sequía capitalina, añoranza y, sobretodo, envidia, de la buena y de la mala, por una realidad que parece estar lejana.

Sin embargo, para ellos, los sufridos azules que en diciembre completarán 24 años de ayuno en el fútbol profesional colombiano, debe quedar una paleta de enseñanzas, de motivaciones, de esperanzas para lo que debería ser la 14.

1. Jugársela a muerte con su proyecto: si bien Santa Fe no es un elogio a la credibilidad en su banquillo técnico, pues tuvo 39 entrenadores en 37 años, la administración de César Pastrana quiso apostarle desde hace dos años al maltratado concepto de proceso.

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En la era Pastrana pasaron cuatro nombres: Germán González, Néstor Otero, Arturo Boyacá y Wilson Gutiérrez. Los dos últimos, hombres de la casa que le imprimieron identidad al equipo y potenciaron las fuerzas básicas. Nadie olvidará, en ese sentido, que en marzo de este año, cuando una parte de la hinchada y los medios de comunicación presionaba la salida de Gutiérrez, el directivo ‘cardenal' se la jugó y lo sostuvo en el puesto.

En Millonarios los números son algo parecidos. En 24 temporadas ha tenido 28 adiestradores. En la nueva época, con la llegada de Azul y Blanco como firma administradora, Hernán Torres es el segundo tras el paso del venezolano Richard Páez (un año y medio de gestión). El deber ahora es mirar a largo plazo.

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2. Confianza en el talento de la casa: Camilo Vargas, Francisco Meza, Julián Quiñónez, Daniel Torres, Juan Daniel Roa, Sergio Otálvaro... Santa Fe alzó la copa con seis hombres de la casa, surgidos para Colombia con la camiseta roja, dentro de su titular. Eso sin contar su cuerpo técnico.

Hoy, en Millonarios Oswaldo Henríquez, Pedro Franco, Luis Mosquera, Ómar Vásquez y Erik Moreno asoman como canteranos con participación irregular en el equipo. De Hernán Torres dependerá afianzar el joven talento y rodearlo con los hombres de experiencia. El ejemplo está en la acera del frente.

3. No perder la fe: el camino a la séptima estrella se alargó dos veces en los dos últimos años para Santa Fe. En el 2010 con un zapatazo de Wilder Medina y en 2011 en un gran pinchazo ante Once Caldas como local en la semifinal. Sin embargo, la persistencia acompañó a los leones y lo que parecía cerca, llegó.

Ningún hincha de Millonarios olvida la desilusión del año pasado, cuando luego de golear al Junior en la primera semifinal no pudo defender el 3-0 en Barranquilla y cayó en penaltis. Este año, empero, Richard Páez no ratificó la campaña y regresó la tristeza y el peso de 24 años de malas campañas.

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4. La estabilidad institucional: en este caso, Millonarios parece estar más tranquilo que el propio Santa Fe, luego de un proceso de democratización que alejó las malas aguas y estabilizó económicamente al club. Los rojos, aquejados aún por los rumores de dineros oscuros hace dos años, se recuperaron financieramente y tocando puertas, pauta por pauta, patrocinio por patrocinio, hoy venden bien su producto.

Contar con un equipo motivado en lo económico, cumplir con todas las obligaciones y mirar al hincha como amigo y no como un número, por ejemplo, son bases fundamentales para construir un título.

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5. Humildad: la emoción de ver a la familia bogotana el domingo en El Campín, festejando su propia felicidad, sin actos de violencia y sobretodo con respeto al digno rival Pasto, le otorgan un poco más de mérito a una hinchada que se ha caracterizado por ser poca en presencia pero sustanciosa en apoyo.

Millonarios, que cuenta con más afición, por lo menos en números, debe saber que a una estrella se llega ganando 26 partidos, no antes de jugarlos. El respaldo debe estar siempre presente para crear una fórmula ganadora.

Un dato final, algo circunstancial, pero igual válido: de las seis veces que Santa Fe había quedado campeón hasta 1975, Millonarios ganó el título al año siguiente en cuatro oportunidades. Bogotá necesita que al menos por esta vez el antecedente se repita. Sería muy lindo un 2012 exclusivamente capitalino.

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