Se trata del "Ticket pasión", según lo bautizó Ezequiel Rocino, secretario general de Tigre y el primero en implantarse el chip en el brazo y debajo de un tatuaje que ya tenía con los colores de su club.
"Llevar el club adentro no va a ser solo una metáfora", dice un tuit del club de Primera División, localizado a 30 kilómetros al norte de Buenos Aires.
En un folleto difundido por su tuit oficial, la entidad explica que "a través de un chip implantado en el cuerpo con todos los datos del socio, el hincha podrá acceder al estadio con sólo acercar su cuerpo al lector de ingreso".
"Este leerá los datos del chip implantado y si el socio tiene sus pagos al día, inmediatamente el molinete de seguridad se abrirá para darle paso al sector correspondiente", explica.
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Para muestra basta un botón, dicen y así lo puso en práctica Rocino: apoya su brazo en un lector de chips y se le abre el molinete de ingreso al club.
"No hace falta carnet (de socio), entro con el brazo", bromea.
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Se acabaron las incómodas credenciales en los bolsillos: el 'Ticket Pasión' "permite al hincha ingresar al estadio sin ningún elemento extra, solamente llevando su pasión por el equipo adentro", se entusiasma el club.
Pero como no todo es pasión en la vida, el sistema le permitirá también al club "tener un control fidedigno de los ingresos, mayor seguridad en los accesos, lograr menor morosidad en los pagos y fidelización del asociado brindándole beneficios exclusivos", admiten sus impulsores.
De todos modos, Rocino asegura que su uso "nunca será obligatorio" ya que la idea "no es hacer algo invasivo sino acelerar el acceso. No tiene rastreador, solo datos del socio", aclaró el dirigente a la prensa.