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Colombia, bicampeón sobrado del mundial de fútbol de salón

Los anfitriones se quedaron con la décima edición del torneo al vencer a Paraguay 8-2 en la final, disputada este sábado en el Coliseo El Salitre de Bogotá, donde John Pinilla tuvo otra noche soñada al marcar cuatro goles. En el año 2000, los nacionales ya habían alzado el trofeo.

La fiebre de fútbol de salón que se apoderó del país hace dos semanas terminó de la mejor forma. Por lo menos para los locales, que pasearon a diestra y siniestra a cuanto equipo enfrentó.

Los números son escalofriantes y dan cuenta del poderío colombiano en esta disciplina, ajena a la FIFA. La selección nacional jugó seis compromisos, ganó todos con saldo de 48 goles a favor y seis en contra. Superó a Ecuador, Bielorrusia y Nueva Zelanda, en la fase de grupos; Venezuela, en cuartos, y Argentina, en la semifinal.

Los 'gauchos', a la postre terceros del torneo al vencer a Rusia (8-4), fueron el mejor termómetro para el encuentro decisivo que este sábado tuvieron los del técnico Jaime Cuervo con Paraguay. Los 'guaranís' llegaban como monarcas pero apelaron al juego brusco y la provocación para contener, sin éxito, la aplanadora tricolor.

Muy temprano se desequilibró la balanza. El autor, el de siempre, el artillero del torneo con 16 anotaciones, uno de los mejores del mundo, el bogotano John Pinilla. Pasaron tres minutos y ya el Coliseo El Salitre celebraba.

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Luego vino la lluvia de anotaciones. Tres más de Pinilla, dos de Cuervo y otros dos de ‘El Panadero' Estupiñán.

Nunca Paraguay puso en peligro el título. Convirtió dos tantos, sí, pero más producto de las desconcentraciones locales. Se encargó, en cambio, de hacer maña, trabar el juego, provocar a los futuros campeones. La cuenta de tarjetas azules entre equipo y equipo se perdió con el pitazo final.

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El abrazo de mil manos que se dio en Bucaramanga el jueves anterior, al vencer en la semifinal, se hizo más grande y estrecho en Bogotá. El público contagiado de gloria vio a sus once guerreros levantar por segunda vez el título mundial de fútbol de salón.

Valga la mención para el entrenador Jaime Cuervo, sobrio trabajador que estuvo presente en la gesta del año 2000, cuando en Bolivia Colombia alcanzó el cielo de este deporte por primera vez.

Once años después, con una nómina de lujo, fortificado con una liga nacional en ascenso y un espíritu inmenso, le entrega al país una noticia de esas que rompen  la monotonía.

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