El ente rector del fútbol orbital exigió a las federaciones nacionales exhaustivos controles médicos a sus 23 internacionales.
"Son unas pruebas muy exigentes, pero yo lo veo razonable y beneficioso. El fútbol debe hacer cuanto sea posible por acabar con las muertes súbitas", dijo el jefe médico de la selección española, el doctor Óscar Luis Celada, que participó en la Tercera Conferencia Internacional de Medicina Aplicada al Fútbol.
Los exhaustivos y exigentes controles médicos que deberán superar los 730 futbolistas que participarán en el Mundial de Sudáfrica deberán haber sido realizados en los doce meses anteriores al inicio del Mundial.
La FIFA ha advertido a los doctores de las selecciones nacionales que ellos son los responsables de la presentación en regla de todas las pruebas médicas y que la negligencia en el cumplimiento de esta exigencia tendrá consecuencias graves para el país infractor.
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El objetivo de la FIFA es ir detectando y descartando, estrechar al máximo posible las posibilidades de que un futbolista caiga fulminado sin vida sobre el césped, como le sucedió en 2003 al camerunés Marc-Viven Foé, durante la semifinal de la Copa de las Confederaciones que disputaba, en Lyon, su selección contra Colombia.
Se practicarán al menos 575 controles antidopaje
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La Comisión Médica de la FIFA expresó que realizará al menos 575 controles antidopaje a los futbolistas que disputarán el Mundial entre el 22 de marzo y el final del campeonato.
"Haremos controles antidopaje por sorpresa tanto en los países de origen de los jugadores como tras su llegada a Sudáfrica", aseguró en rueda de prensa el doctor Jiri Dvorak, jefe médico de la FIFA.
La idea es que al menos ocho jugadores de cada selección escogidos al azar se sometan a análisis tanto de sangre como de orina, y que al menos dos jugadores de cada equipo hagan lo propio al término de cada partido, tanto en los amistosos como en los oficiales.
Hasta hoy, tan sólo tres jugadores han dado positivo en los mundiales de fútbol: el jugador de Haití Jean Joseph, en el Mundial de Alemania 1974, el escocés Willie Johnston, en Argentina 1978, y el argentino Diego Armando Maradona, en Estados Unidos 1994.
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Las selecciones mundialistas, pendientes de la altura y la temperatura
Diecinueve de las 32 selecciones mundialistas han apostado por instalar su campamento base en la provincia sudafricana de Gauteng, la más elevada del país, con lo que esperan obtener algún beneficio de la hipoxia, el déficit de oxígeno en el organismo que producen las alturas y que aumenta el rendimiento.
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Los temores de los cuerpos técnicos de muchas selecciones se centran más en las temperaturas que en la altitud, ya que el torneo se disputará en invierno.
En este aspecto, los equipos como España, Estados Unidos, Brasil o Italia, que disputaron la Copa Confederaciones en 2009, cuentan con una ligera ventaja, pues conocen de primera mano qué significa competir en las condiciones climatológicas que presenta Sudáfrica en los meses de junio y julio.