Con torneos de transición en la recta final, algunos directivos de los equipos más importantes habían puesto en duda la puesta en marcha de este certamen que cambiará la estructura de todas las categorías del fútbol gaucho.
Sin embargo, el martes en la reunión de Comité Ejecutivo de la AFA, quedaron ratificados los diez ascensos desde la segunda división para llegar a los 30 equipos para el año próximo.
El presidente Luis Segura, que asumió tras la muerte de Julio Grondona, expresó luego del cónclave: "La semana que viene se define si se juega de febrero a diciembre o se juegan dos zonas de 15 en el primer semestre para arrancar un torneo largo en junio. Nunca se pensó en este campeonato no jugarlo.
La disputa es porque los equipos denominados 'grandes' del fútbol argentino pretenden jugar un torneo de transición en el primer semestre para acomodar la temporada a las fechas de Europa, y así tener una temporada de junio a mayo.
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Además, este cambio de estructuras generó una discusión por el reparto de los ingresos por los derechos de televisión de la Liga, porque el desembarco de diez nuevos clubes a la elite del fútbol argentino supone más actores para repartir los 1195 millones de pesos (alrededor de 140 millones de dólares y unos 113 millones de euros) que aportará desde el año próximo el Estado Nacional en el denominado "Fútbol para Todos".
No obstante, esta experiencia de 30 equipos en la primera división, que la prensa local señala como "de otro mundo" y una "rareza mundial", duraría sólo una temporada porque en la misma reunión se planteó la necesidad de reducir el número de equipos en los próximos dos años.
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Este nuevo formato de temporada completa abolirá la estructura desdoblada que tiene el fútbol argentino desde 1991 con dos campeonatos (primero Apertura-Clausura, y luego Inicial-Final).