Tras el empate sin goles en la ida, el conjunto tunecino rentabilizó el factor campo y se adjudicó el segundo título continental en su historia tras el conseguido en 1994.
El Esperance logra de paso su clasificación para disputar en diciembre en Japón el Mundial de Clubes, un torneo donde están ya equipos como el Barcelona español, el Santos brasileño o el Monterrey mexicano.