El equipo más tradicional del Torneo Postobón vuelve a ser protagonista y no deja de impresionar semestre a semestre, a pesar de contar con numerosas bajas. Esta fórmula de replantación se da en la misma Antioquia con jugadores jóvenes y de la casa que le rinden a los leones: esta vez no sólo fueron colíderes, sino que terminaron cosechando el mejor remate de temporada al verse muy mal al inicio del Torneo Postobón II. Incluso, llegaron a ocupar los últimos puestos.
Los dirigidos por Álvaro Hernández Umaña se especializan en un 4-2-3-1 donde se mezclan muchas ganas, pero temperamento a la vez. En el arco Mosquera, fondo compuesto por Pachón y González en los laterales más García y Arias como pareja de centrales, sala de máquinas con Londoño y Rueda, Jamillacson Palacios por una banda, por la otra López, Cataño de enganche y en punta Cheo Palacios. Naranjo, un jugador totalmente revulsivo, es siempre opción de primer cambio para Hernández Umaña.
El equipo se caracteriza al tener un exquisito trato de pelota con Yorman Rueda y Daniel Cataño. Jamillacson Palacios y Michael López ofrecen velocidad y alteración de bandas. Kevin Londoño hace el rol silencioso, es decir, un tipo Matuidi (PSG) para ser más claro, donde funciona por momentos algunos momentos como ‘box-to-box' y por otros como interior.