Hacía mucho tiempo que Florentino Pérez no contestaba preguntas a los medios de comunicación en una rueda de prensa. Sin embargo, las salidas cuestionadas de Ángel Di María y de Xabi Alonso, dos piezas clave en los cimientos de la Décima, unidas a un inicio convulso de la Liga, han "obligado" al mandatario blanco a responder.
La última vez que dijo alguna palabra fue el pasado 5 de agosto, en pleno verano, con la Liga de Campeones conquistada todavía en la retina y con una plantilla de lujo que aquel día se completaba con el portero costarricense Keylor Navas. Eran días felices, muy felices para Pérez, que mostró orgulloso su nueva adquisición.
"Presentamos a uno de los mejores porteros del mundo. Ha demostrado en los últimos años su gran profesionalidad, su calidad y su capacidad de sacrificio. Tenía ofertas de algunos de los clubes más importantes de Europa, pero él quería jugar en nuestro club. Trabajamos cada día para incorporar nuevos jugadores que sueñan con formar parte de este equipo", dijo entonces orgulloso.
Lo que no imaginaria es que sólo 21 días después la casa blanca, un remanso de paz, comenzaría a incendiarse con el anuncio oficial de la marcha de Di María al Manchester United por 75 millones de euros, una jugosa cantidad por un jugador de quien el mismísimo César Luis Menotti, campeón del mundo con Argentina en 1978, dijo que en los últimos meses había sido mejor que Lionel Messi.
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De repente, Florentino Pérez se encontró con un primer futbolista que ya no soñaba con jugar en el Real Madrid. Todo lo contrario, Di María quería irse. La llegada de James Rodríguez aceleró su marcha. El presidente del Real Madrid fichó a una estrella del Mundial de Brasil y si Di María se sentía infravalorado, con la llegada del colombiano aún más.
Por eso aceleró su salida y, una vez que la consiguió, cargó en una carta abierta contra el que era ya su exclub:
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"Hoy me toca irme, pero quiero dejar claro que ese nunca fue mi deseo. Como cualquier persona que trabaja, siempre he querido progresar. Después de ganar la Décima me fui al Mundial con la esperanza de recibir un gesto de la Directiva, algo que nunca llegó. Se hablaron muchas cosas y muchas mentiras. Siempre quisieron atribuirme la iniciativa de salir del club, pero no fue así. Lamentablemente no soy del gusto futbolístico de alguna persona".
Después, fue Xabi Alonso quien abandonó el barco de forma sorprendente, sobre todo cuando renovó la temporada pasada. El medio tolosarra hizo las maletas con destino el Bayern de Múnich después de ser suplente en el primer partido de Liga. Las críticas de nuevo cayeron sobre la gestión madridista. Y, de nuevo, Florentino se mantuvo en silencio.
La derrota en Anoeta ante la Real Sociedad en el segundo partido de Liga y las palabras de Cristiano en las que aseguraba que si él mandara en el club no habría "actuado así", fueron la gota que colmó el vaso para Florentino. Con la "excusa" de explicar las cuentas de la temporada 2013/14, permitió a la prensa hacer preguntas. Parecía premeditado. Quería hablar.
A lo largo de su comparecencia desgranó todos los temas candentes. De Cristiano Ronaldo dijo que las discrepancias que existen entre ambos son "cero". Primer asunto, aclarado. Tal vez, el más importante. Su estrella, su jugador franquicia, ya estaría contento.
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Después atacó la polémica con Di María. Ahí fue más contundente. Contestó al argentino punto por punto. Dejó claro que un jugador con contrato en vigor "se va porque quiere". Aclaró que el internacional sudamericano quería una subida de sueldo y que el Real Madrid se la ofreció hasta estar sólo por debajo de Cristiano.
Según Pérez, Di María no aceptó y se marchó. "Si hubiéramos aceptado las peticiones económicas de Di María podría haber sido un agravio comparativo que pondría en riesgo la estabilidad financiera del club. Ante su negativa rotunda, pensamos en otro jugador y trajimos a James", justificó.
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Y terminó con Xabi Alonso. Después de anunciar los ingresos más abultados de la historia del club (603'9 millones de euros), afirmó que otros jugadores como el alemán Toni Kroos o Asier Illarramendi suplirán perfectamente a un futbolista que se dirigió "encarecidamente" al club para pedir su salida. Por eso, y por su edad, según declaró, le dejaron marchar.