Burbano, originario de Santander de Quilichao (suroeste de Colombia), ha sido pieza determinante en la actuación del León que, después de una década ausente, regresó en julio pasado a la primera división y hoy aparece en el tercer lugar con ocho triunfos, tres empates, cuatro derrotas y 27 unidades.
Son números suficientes para que el conjunto asegure un lugar en la fase de los ocho mejores, en la que Burbano, con cuatro asistencias y cuatro goles, lidera al grupo de cuatro sudamericanos completado por los uruguayos Matías Britos, con cinco goles, y Sebastián Maz, con tres y el colombiano Eisner Loboa, con dos.
Serán ellos el eje de ataque del entrenador argentino Gustavo Matosas, que logró formar un grupo de mucha armonía que se reflejó con un fútbol práctico, alegre y con un elevado rendimiento en la cancha.
Este fin de semana, Burbano anotó un gol y puso una asistencia para encabezar la ofensiva del León en su triunfo 4-1 sobre los Jaguares de Chiapas.
En el minuto 29 entró por la banda izquierda y le puso un buen balón a Montes, eficiente en el remate de zurda, y en el 52 aprovechó una mala salida del guardameta y disparó desde atrás para el 3-1.
Se trata de un centrocampista ofensivo de 24 años con un fútbol pícaro que le permitió convertirse en uno de los consentidos de los hinchas, gran movilidad, talento para manejar la pelota y personalidad para definir, lo cual le permitió anotar cuatro goles, aun cuando no es el típico depredador del área.
Cuando León estaba en la división de ascenso, ya el colombiano había mostrado calidad y fue de las principales figuras que ayudó al León a saltar a la primera categoría.
Desde entonces, Burbano dio muestras de que tanto él como su equipo estaban para brillar en un escenario de más rigor y ahora lo están comprobando.