Los visitantes apostaron con éxito por un esquema ordenando con una defensa hermética y un rápido contragolpe.
Todavía sin garantías de poder mantener la categoría en el campeonato local, Huracán quedó en la antesala de poder disputar su primera final continental, luego de perder la semifinal de la Copa Libertadores de 1974.
En un comienzo parejo con el uruguayo Carlos Sánchez como emblema del local y Federico Vismara como referente del conjunto visitante, una jugada desafortunada abrió el tanteador.
A los 14 minutos, el defensa Milton Casco intentó ensayar un despeje que rebotó en el pie de Cristian Espinoza para que la pelota haga una parábola y se meta por encima del portero Marcelo Barovero.
El tanto de Huracán cambió los planes iniciales porque River pasó de intentar lograr la mayor diferencia posible a tener que revertir un resultado desfavorable.
Sin resultados por parte de los centrocampistas Sebastián Driussi y Gonzalo Martínez, Marcelo Gallardo optó por ingresar a Luis González y el uruguayo Tabaré Viudez.
Para Huracán la solidez de los centrales Martín Nervo y Federico Mancinelli resultó fundamental para darle confianza y seguridad al portero Marcos Díaz.
Ni el ingreso del experimentado Javier Saviola pudo torcer la historia de un resultado que terminó con victoria para Huracán.
El Globo deberá buscar este lunes al menos un empate de local ante Belgrano para garantizar su permanencia en la Primera División.
River Plate, en tanto, recibirá a Newell's Old Boys pero con la mente puesta tanto en la revancha del próximo 26 de noviembre como en el Mundial de Clubes en Japón que se avecina.
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